Cuántas veces habré oído esta afirmación…muchas, muchísimas veces. Personas que aparentemente tienen una vida estable sin problemas importantes, y con todos los ingredientes para sentirse bien, reconocen que no se sienten a gusto con su vida, que no son felices.
En primer lugar, para cada persona “ser feliz” tiene un significado diferente. Para algunas personas ser feliz podría ser tener mucho dinero, para otra puede ser encontrar su media naranja o para otra podría ser conseguir el trabajo de sus sueños. Como tantas personas existen, tantos conceptos diferentes de la felicidad existen también, ya que es un concepto bastante subjetivo. Si sientes que a pesar de tenerlo “todo” no eres feliz, estos consejos pueden ayudarte.
Para empezar, te aconsejaría que te sientes en un lugar de tu casa en el que te sientas a gusto y con un papel y un bolígrafo apuntes todo aquello que necesitarías para ser feliz según tu concepto de felicidad.
Después, una vez que hayas identificado qué crees necesitar para ser feliz, anota en otra hoja qué hechos o circunstancias de tu vida hacen que no seas feliz.
Cuando plasmas tus pensamientos a través de la escritura, estás ordenando tus ideas de forma más efectiva ya que cuando pensamos, vamos mezclando ideas unas con otras y a veces nos sentimos más confusos y ni siquiera hemos llegado a una conclusión.
Has ordenado tus ideas y te has aclarado respecto a lo que necesitas para alcanzar un mayor grado de felicidad. En este punto, deberías plantearte si estás siendo realista con tus esquemas de pensamiento. A veces, idealizamos cómo debería ser nuestra vida. Incluso a veces, vamos consiguiendo objetivos y aún así seguimos sintiendo un gran vacío e insatisfacción. Ocurre además, que continuamente nos comparamos con los demás, sobretodo en aquellas parcelas en las que les va mejor que a nosotros. Esto es un error, ya que cada persona tiene sus circunstancias y la vida perfecta puede que no exista. Debemos centrarnos en la nuestra y no fijarnos en lo que los demás tienen y nosotros no.
Un paso trascendental para conseguir un gran estado de bienestar es empezar por el “autoconocimiento”. Realmente las personas no se conocen en absoluto, no se dan cuenta de sus mayores virtudes y menos aún de sus mayores defectos. Esto ocurre porque vamos demasiado rápido en nuestras vidas, como con el piloto automático puesto. No nos escuchamos de verdad. Escuchamos mucho ruido interno, muchos pensamientos no realistas y rápidos que nos impulsan a tomar muchas decisiones equivocadas. Esos pensamientos son sobre nosotros, sobre nuestras vidas y sobre las personas que nos rodean. A veces somos muy inflexibles e intolerantes y si los demás no son cómo creemos que deberían ser nos genera un conflicto. Igual ocurre si alguna situación no resulta cómo nosotros pensamos que debería ser. Todos esos pensamientos negativos nos generan emociones negativas que nos hacen sentir frustrados, enfadados, ansiosos, crispados…
Para empezar un camino de autoconocimiento personal hay que frenar un poco y tomarse algunos momentos para reflexionar en calma, ya sea en casa o dando un paseo tranquilo. Intentar controlar la respiración para que sea calmada y regular. Aprender a relajarse y tratar de pensar de forma tranquila poniendo orden en tus pensamientos. También buscar en tu día a día aquellas pequeñas cosas que puedes hacer y te hagan sentir un poco mejor. Busca aquellas cosas que te hagan sentir bien dentro de tus posibilidades, pueden ser pequeñas cosas, como darte un respiro mientras te tomas un pequeño trozo de chocolate, o escuchar 2 ó 3 canciones que te gustan antes de dormir, o leer un capítulo de un libro que hace tiempo te apetecía leer…puede ser cualquier cosa.
Tus pensamientos deben estar dirigidos a tu evolución personal más que a pensar en qué hacen o no hacen los demás. Controlar los pensamientos y comportamientos de los demás es una tarea imposible, pero aumentar nuestra estabilidad emocional a través de la relajación o la meditación y aprender a cómo funcionamos nosotros individualmente, nuestros pensamientos y nuestra manera de gestionar las emociones, es mucho más fructífero y más útil hacia nuestro camino para conseguir sentirnos bien y más felices. Desde los años 90 empezó en psicología a destacar un enfoque terapéutico destinado a la mejora y evolución personal a todos los niveles y se ha incrementado notablemente el número de personas interesadas en este tipo de aprendizaje para dar un cambio radical a sus vidas.
Debemos darnos cuenta que si nos centramos en evolucionar a todos los niveles, tanto físico como mental y emocional vamos a conseguir grandes resultados para sentirnos mucho mejor. Cuidar nuestra salud, tomar alimentos de mayor calidad e intentar descansar, además de aprender a mejorar nuestra salud mental va a repercutir a todos los niveles en nuestro bienestar personal y como recompensa nuestras relaciones personales van a mejorar también. Quien se siente a gusto y feliz es más amable y tolerante con los demás, aumenta su empatía y alegría. Si te centras en mejorar tú y buscar tu propósito personal, estarás más cerca de la felicidad.
“La felicidad humana generalmente no se logra con grandes golpes de suerte, que pueden ocurrir pocas veces, sino con pequeñas cosas que ocurren todos los días.”
Benjamin Franklin ( 1706 – 1790) Político, científico e inventor estadounidense.
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