Con mucho cariño a África Merello, a su trayectoria personal y profesional y a toda su familia.
Tiene en su risa el tesoro de quien nace conquistando,
mirada de un pueblo sabio que en sus raíces se ahoga,
dueña de las mil coronas de un paraíso habitado
por aquellas que han amado siendo muy buenas personas.
Es linda cuna de amor de Rafael y Rosario
que custodia su pasado, su futuro y el ahora;
devota de la hermosura de nuestra virgen Milagros,
que es de su vida la luz y de su pueblo patrona.
Oh, tú, que siendo una niña pariste en un desengaño
tu reflejo enamorado de bondad en miniatura,
Sandra de tu desventura, a la que diste tus años,
hasta encontrar en Ignacio al patrón de tu locura.
Oh, corazón y elegancia , niña entregada que antaño
supo siempre quiso que su vida fuese una linda aventura
donde las aulas mandasen y los niños fuesen tantos,
que entre madre y profesora la palabras fuesen una.
A tu profesión te entregas, a tus hijos y a sus pasos,
les sirves de faro y guía con la sonrisa de siempre,
que si pregunta la gente: ¿Quién es ? ¿Por qué la aman tanto?
puedan decir que por grande su nombre es un continente.
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