-No te voy a preguntar cómo resuelves tus casos porque me contestarás “secreto profesional”.
—¡Exacto! Si tienes algún casos para mí en tu oficina, no dudes en comunicármelo, te lo resolveré –respondí muy ufano con una sonrisa de oreja a oreja.
Una semana después, llegó papá bastante preocupado. Recibió en su despacho una citación del juzgado sobre un accidente de automóvil ocurrido hacía más de un mes. Pedían una indemnización de un millón de euros. El accidentado quedó parapléjico a consecuencia del accidente. Las pruebas médicas lo corroboraban. Parecía un caso claro, habría que pagar. Pero un millón de euros no era moco de pavo.
—Veré que puedo hacer por ti y por tu compañía. De momento, me tienes que traer el expediente completo de la víctima incluidas las radiografías.
Prometió traérmelo al día siguiente con la condición de devolvérselo por la mañana.
Cuando tuve el expediente en mis manos, saqué mi libreta. Anoté el nombre, dirección, lugar del accidente y la fecha en que se produjo. También hice un resumen del informe médico. En total escribí una página (un cuarto de folio).
—Mañana te contestaré. Esta noche lo estudiaré, pero creo que hay gato encerrado.
—¿Qué quieres esta vez Petoooo? –decía la voz del bisabuelo a las dos de la noche.
—Ayudar a papá. A continuación expliqué el caso sin omitir el más mínimo detalle.
—¿Estás ahí o te has ido? –pregunté en un duermevela dos horas después.
—Perdona la tardanza, pero una parte del expediente me tenía confundido. El demandante quiere defraudar a la compañía. Lo que me tenía confundido era la radiografía, no correspondía con la víctima. La consiguió en un hospital y pertenecía a un auténtico parapléjico. El demandante tiene un chalet en la sierra a nombre de su mujer.
Pasa cinco días en la ciudad sentado en una silla de ruedas; pero los fines de semanas lo llevan al chalet, abandona la silla y se da largos paseos por el campo. Basta con mandar a un inspector de agencia y a un notario para que tome fotos cuando esté paseando. El chalet se lo compró defraudando a otra compañía hace cinco años. La mujer y el abogado, son sus cómplices.
Por la mañana tuve que madrugar para hablar con papá. Se marchó muy contento al trabajo. Cuando regresó por la tarde, venía de buen humor y nos invitó en el bar.
—En la compañía se frotaron las manos cuando expuse mi teoría. Se ahorrarán un millón de pavos. Lo de la radiografía lo están investigando. Se le pide al juez que se repita y no podrá negarse. El juicio se celebrará el próximo martes.
El martes papá regresó dos horas antes. El juez dictó sentencia sin celebrar juicio. El abogado de la compañía habló con el juez mostrándole las nuevas pruebas acompañadas de un documento de la notaría. Entonces, mandó llamar al picapleitos para que se defendiera Como las pruebas eran evidentes no lo pudo hacer. El demandante pagará los gastos del juicio y al abogado le han sancionado con dos años de inhabilitación y una buena multa. La noticia trascenderá a la prensa para que otras compañías no se dejen engañar. Caso cerrado.
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