En los restos arqueológicos de culturas milenarias se han encontrado semillas secas de legumbres con un característico agujero circular que sin ninguna duda revela que fueron atacadas por un insecto que todavía hoy, con las potentes medidas disuasorias, nos visitan en nuestras casas: los escarabajos o gorgojos de las semillas. Estos escarabajos han sido una pesadilla continuamente para nuestras legumbres almacenadas. Se cuenta que, durante la guerra civil y los años de racionamiento posteriores, un niño preguntaba a su madre ¿qué vamos a comer hoy? Y la madre le contestaba: “lentejas con música”. Con esta jocosa expresión esta señora aludía a unas lentejas invadidas por escarabajos o gorgojos de las semillas, de forma que al masticarlas produciría un “clic” de la rotura de sus cuerpos que era esa “música” a la que aludía. Antiguamente era normal ver algún garbanzo, habichuela, guisante o lenteja con tuviera alguno de estos pequeños escarabajos, limitándose a apartarlos y seguir comiendo, o, como decían antes, “mejor comerlos porque así tienen más alimento”. Afortunadamente hoy día esta situación es insólita en el comercio normalizado. No sucede lo mismo con los alimentos ecológicos, que al estar libres de tratamientos no es inusual que aparezcan parasitados en mayor o menor grado.
Los escarabajos de las semillas, que también se les llama “gorgojos”, pero preferimos no usar aquí porque se confundirían con otros escarabajos que más genuinamente son gorgojos, pertenecen a la familia Bruchidae, que agrupa unos insectos que tienen la característica biológica común de que sus larvas se nutren exclusivamente de semillas de determinadas plantas, principalmente Leguminosas, aunque también los hay que atacan a las semillas de corregüelas, jaras, palmas, etc. Al ser coleópteros, tienen el primer par de alas más endurecido para formar un estuche dorsal donde se pliega el segundo par de alas membranosas, que usa para volar. Una característica general de estos insectos, de aspecto poco llamativo, es que sus élitros dejan al descubierto el último segmento abdominal o pigidio.
La mayoría de los escarabajos de las semillas viven de plantas silvestres, pero aproximadamente una docena de ellos constituyen plagas de mayor o menor envergadura. En el área mediterránea están: el gorgojo del guisante (Bruchus pisorum), el gorgojo de las habas (Bruchus rufimanus), los gorgojos de las lentejas (Bruchus lentis, B.signaticornis). Estos escarabajos no son los más peligrosos, sino que lo son algunos que han sido importados con semillas infestadas a través del comercio internacional, convirtiéndose en plagas cosmopolitas. La principal de ellas es el gorgojo de las judías (Acanthoscelides obtectus) que es mucho más peligrosa que las anteriores porque es capaz de reproducirse en el granero donde se almacenan las semillas, sucediéndose las generaciones hasta el agotamiento total de las semillas. Menos agresiva en nuestras latitudes, porque está adaptada a climas cálidos es el gorgojo tropical (Callosobruchus maculatus) o el gorgojo chino (Callosobruchus chinensis), que si bien no pueden reproducirse en el medio natural de nuestras latitudes, sí puede hacerlo a las temperaturas mas suaves de los almacenes de semillas, aunque hoy día esto es difícil que ocurra con los sistemas preventivos que existen.
Como insectos holometábolos, los escarabajos de las semillas tienen un desarrollo por metamorfosis completa, con larva, pupa e imago. Los adultos invernantes o procedentes de pupas invernantes, vuelan en primavera, acuden a todo tipo de flores, donde toman néctar y polen, que les ayuda a madurar sus gónadas. De este modo, empiezan a aparearse a mediados de la primavera y, para cuando los frutos (legumbres) de sus plantas hospedadoras empiezan a madurar, la hembra deposita sus huevos sobre la vaina de estos frutos. Normalmente la larva neonata (larva I) no tiene que salir al exterior para meterse luego en el fruto, sino que se mete por debajo del huevo y alcanza la semilla, empezando a alimentarse y mudando mientras van creciendo, hasta que la larva IV prepara lo que será la cámara pupal, preparando la futura salida del adulto, labrando un agujero en la semilla (opérculo), pero dejando una delgada capa translúcida (ventana) bajo la cual la larva IV se transforma en prepupa y luego pupa, y al cabo de una semana se transforma en adulto. Éste puede optar por pasar el invierno dentro de la cámara o salir al exterior, simplemente empujando la ventana y, si la legumbre aún no se ha abierto, labrando un agujero en la vaina, para salir al exterior, y allí buscar un refugio (generalmente corteza de árboles) para pasar el invierno. Este ciclo es el que tienen las especies silvestres y las plagas propias de la región mediterránea, pero las plagas que han sido importadas como el escarabajo de las judías (Acanthoscelides obtectus), es diferente: aunque también hacen un primer ciclo en el campo, las semillas infestadas que se recolectan y se almacenan son el sustrato de nuevos ciclos, porque es una especie cuyas larvas tienen capacidad de alimentarse de semillas secas, que son más duras. Por este motivo, en el almacén salen los adultos, se reproducen, ponen huevos directamente sobre las semillas y dan lugar a tantas generaciones como se les permita, siendo su único obstáculo que ya no haya más semillas por infestar.
Actualmente las plagas mediterráneas están controladas lo suficientemente como para que sea muy raro encontrar semillas comestibles infestadas, incluso las importadas, ya que reciben un fuerte tratamiento con fosfeno que, según afirman, es inocuo para el hombre. Pero en semillas destinadas a consumo de ganado (vezas, yeros, etc.) se baja la guardia y no se les da tratamiento alguno, siendo el reservorio donde actualmente se conservan muchas plagas. Por otra parte, las únicas semillas donde actualmente se ven escarabajos de las judías son las llamadas “ecológicas” porque son cultivadas artesanalmente y no se les da ningún tratamiento.
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