A mi tío José Ignacio Rosso Sánchez; quien fuera uno de los poetas principales de mi infancia.
Que te vas, te nos has ido
entre versos ya descansas,
dejas huérfana tu casa
y a tus mejores amigos.
A reencontrarnos contigo,
iremos todos al paso
de un caminar muy despacio
que se repite por siglos.
Te has llevado el primer grito
de una estirpe de poetas
y en tu sangre se hacen muecas
los fantasmas del pasillo.
Ahora descansas, chiquillo,
en el balcón de la luna,
María como ninguna
te espera tras el visillo.
¡Ay, esos Ritmos bravíos!
¡Ay, el verso de tu boca!
¡Ay, esa ironía loca
que blandías en desafío!
¿Quién saciará ahora a los ríos
de agua artística y burlona?
¿Quien guardara la corona
de tu reinado perdido?
¿Quién consolará a mi tierra?
¿Quien a tus nietos e hijos?
¿Quién a Milagros, poeta ?
que te vas, ¡te nos has ido!
Fotografía: De izquierda a derecha , José Ignacio Rosso, Carmelo Ciria, Jesús María Serrano.
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