A mis amigos de La Pureza de Triana de Bellavista y a las tardes y noches de guitarra y cante.
Con aroma sevillano
en praderas retiradas
del turismo y del espanto
pero con su esencia intacta,
alegrando corazones
se arrancan por sevillanas
la voz embriagada y jonda
de los que rebosan alma.
Las emociones despiertan
la bulería se embriaga
en la eterna sobremesa
del cariño y la guitarra.
Los sabores de la tierra
huelen a canela en rama
con las manos que se entregan
las que tienen Mari y Ana.
¡Cómo se para el reloj!
¡Cómo se muere la calma!
¡Cómo se mecen los cantes!
¡Cómo despiertan las palmas!
¡Cómo suena Bellavista!
Que recuerda a las campanas
que se oyen allá en Pureza
camino de Santa Ana.
¡Cómo es la voz de Ricardo!
¡Qué machuca la taranta!
¡Qué kalé y payo es el trato!
¡Cuánta cultura de raza!
¡Cómo gime mi poema
clamando a la madurada,
cuando hierve de arte y sangre
La Pureza de Triana!
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