Mientras los niños hacían lectura silenciosa, la señorita Carmen reclamó mi presencia.
—Tengo un problema, Peto, (me comentó en voz baja mientras los niños leían). Quiero felicitar las pascuas a una amiga pero no encuentro su dirección.
—¿Dónde la tenías escrita?
—En un sobre de la felicitación del año pasado. No sé dónde mandarle la carta y quiero felicitarla. ¿Dónde pondría el dichoso sobre? Es un caso difícil, incluso para ti. Ten en cuenta que pronto hará un año y sabe Dios dónde estará el sobre.
Anoté en mi libreta su domicilio y el de sus padres.
—Para Peto no hay nada difícil —fanfarroneé—.Mañana jueves sabrá la dirección de su amiga, no quiero publicidad, debe quedar entre nosotros. Si se enteran los profesores, querrán que les encuentre las cosas que perdieron los últimos años.
—¿Cuándo nos darán las notas? Ya sabe, es por lo de los regalos de los Reyes.
—Acordamos en el claustro que mañana a la salida. Tú tienes sobresaliente en todo.
Por la noche, volví a charlar con el espíritu del bisabuelo. Le expuse el caso de la seño y me lo solucionó en un periquete. Según dijo, era uno de los facilones. La seño se independizó en febrero y, al llevarse sus cosas al piso nuevo, no se percató que el sobre estaba de pie en el fondo del mueble donde guardaba sus cosas. Ella lo que hizo fue voltear los cuatro cajones en una caja y no se agachó para comprobar si había algo caído en el fondo del mueble.
—¿Has averiguado algo?—preguntó la seño por la mañana en tono bajito, esperando un ¡no! Por respuesta con un atisbo del ¡si!
—Lo sé todo. No me pregunte cómo lo averigüé porque ya sabe la respuesta. ¿Te acuerdas cuándo hiciste la mudanza a tu piso nuevo y del mueble antiguo con cuatro cajones de tu cuarto que vaciaste en una caja de cartón para ordenarlo después en el piso nuevo?
—¿Cómo sabes tú eso? ¡Ah!, ya sé: secreto profesional. Perdona la interrupción.
—Pues en la pared del mueble por dentro, dejaste algunas cartas.
—Tú no eres detective, eres un vidente o un brujo.
—¿Y qué es eso?—pregunté intrigado.
—El vidente, es una persona que ve lo que otras no pueden ver, Algunas, ven el pasado y otras, vaticinan el futuro.
—Pues, yo solo puedo ver el pasado.
La señorita Carmen encontró el sobre y me dio dos besos delante de toda la clase. En ese momento se me ocurrió emparejarla con mi tío Jesús que iba a venir de vacaciones.
—Me gustaría ver el mueble.
—Durante las vacaciones, vendré a buscarte y te llevaré a casa de mis padres—dijo.
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