El plumero (Cortaderia selloana), también denominado carrizo o hierba de la Pampa, posiblemente por su extendida confusión con otra invasora potencial, Cortaderia jubata originaria de ola región andina (Sudamérica), es una planta herbácea perenne (terófito rizomatoso graminoide), de la familia Cyperales, originaria de otro lugar diferente, el sur de Africa, que alcanza los 3 m de altura, provista de robustas macollas. Hojas planas, laminares, coriáceas, con los bordes aserrados y de tacto áspero, de 1-3 m, glaucas. Lígula reducida a una hilera de pelos. Inflorescencias en panículas de gran tamaño, de (30) 50-100 cm, con un característico color plateado, soportadas por largos pedúnculos, con las ramas erectopatentes en los individuos masculinos y patentes en los femeninos. Espiguillas comprimidas lateralmente, de hasta 15 mm incluida la arista, con las glumas lanceoladas, desiguales y membranosas. Lema membranosa, vellosa, trinerviada, con arista terminal. Raquilla vellosa, desarticulándose en la madurez por encima de las glumas y justo por encima de cada flor. Morfológicamente se trata de una especie ginodioica, es decir, existen plantas con flores hermafroditas y femeninas, pero funcionalmente es dioica, de manera que para la reproducción es preciso que ambos tipos de plantas se encuentren relativamente próximas.
Esta vistosa planta suele aparecer de forma espontánea en riberas, zonas fluviales, dunas y colas de estuarios. Florece de julio a octubre. La dispersión de los cariópsides es anemócora, desarticulándose la raquilla por debajo de cada flor. Se reproduce exclusivamente por semilla, si bien produce gran cantidad de diásporas fácilmente diseminadas por el viento bien adaptada a las temperaturas extremas y a la sequía, aunque prefiere los terrenos frescos y eutróficos.
Es una planta muy rústica,bien adaptada a las temperaturas extremas y a la sequía, aunque no tolera las heladas y prefiere las zonas cálidas, pleno sol, terrenos frescos y eutróficos, siendo altamente resistente al salitre y pudiendo crecer en semisombra. Por este motivo invade riberas, zonas fluviales, dunas y colas de estuarios, donde se convierte en una especie muy peligrosa para estos valiosos ecosistemas. No obstante, es en los taludes y desmontes creados por las infraestructuras viarias del norte de la Península donde más abunda. Por otra parte, su presencia en espacios naturales canarios también hace de ella una de las plantas de mayor peligrosidad para la flora autóctona.
En su lugar de origen se le ha atribuido propiedades febrífugas para niños, pero su principal uso es ornamental, sea como planta de jardín o para floreros, en donde se colocan flores jóvenes una vez secadas vueltas hacia abajo, a veces teñidas en colores.
Su carácter invasor ha quedado plenamente demostrado, siendo siempre un salto de las zonas ajardinadas al medio natural o seminatural. Su impacto es fundamentalmente ecológico pues el problema es que, una vez instalada, muestra una firme tendencia a sobrevivir debido a que forma grandes macollas no apetecibles para los herbívoros por la presencia de agujas de sílice en sus hojas una vez establecida es difícil de erradicar, aunque debe ser eliminada lo antes posible de los espacios naturales y en general de cualquier lugar donde se encuentre naturalizada, quedando compitiendo con la flora autóctona, En España se encuentra sobre todo en la Cornisa Cantábrica y en la Costa Catalana, aunque se ha encontrado en algunos puntos del interior, seguramente a partir de introducciones con fines ornamentales. En Andalucía sólo se ha encontrado en dos localidades, una en Huelva y otra en el Paraje Natural de los Acantilados de Maro-Cerro Gordo.
El control de esta planta es prioritario en los hábitats naturales, empleándose métodos físicos como la eliminación manual de las plantas, que debe realizarse por cuadrillas de operarios, debidamente protegidos en las manos, cara y ojos ya que las hojas son muy cortantes. No obstante, se trata de una tarea ardua y difícil, debiendo contarse para los ejemplares adultos con herramientas adecuadas (sierras mecánicas). Una vez cortada la parte aérea, es preciso arrancar la raíz del suelo para evitar el rebrote, bien cavando a su alrededor o mediante el uso de un tractor. Alternativamente, si ecológicamente resulta soportable, pueden utilizarse algunos herbicidas. Debe tenerse muy en cuenta que existe otra especie del mismo género, Cortadera jubata , con unas características reproductivas muy adecuadas para la expansión, todavía más que las de Cortaderia selloana. Su introducción como planta ornamental de ser evitada de forma radical.
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