El estramonio, también conocido como berenjena del diablo, higuera del infierno, burladora, higuera loca, trompetilla, etc. (Datura stramonium), es una planta herbácea (terófito escaposo), de la familia Solanaceae, originaria de la región neotropical (Centro y Sudamérica), alcanzando de 1 a 2 m de altura. Es una planta herbácea (terófito escaposo), de hojas enteras (18 x 15 cm), de ovadas a subrómbicas y con el margen dentado u lobado. Flores axilares y solitarias; cáliz tubuloso, con cinco dientes triangulares; corola infundibuliforme o en forma de trompeta de hasta 11 cm de longitud, color blanca (o violeta en lavar. tatula.), con cinco lóbulos anchos y acuminados. Fruto en cápsula estrechamente cónica (hasta 35 x 30 cm), cubierta de aguijones de hasta 13 mm de longitud. Semillas subreniformes, de unos 3 mm de longitud, negras, con la superficie alveolada.
Suele aparecer en agrosistemas de regadío y biotopos ruderales de ciudades y pueblos, cerca de ríos y arroyos sometidos a algún grado de influencia antrópica. Florece desde mayo a noviembre. La reproducción es sexual. La diseminación es autócora e hidrócora, a la que habría que añadir la zoócora del fruto, por la presencia de ganchos propicios para el transporte por animales con pelo (mamíferos).
Los requerimientos ecológicos de esta especie, originaria de zonas subtropicales húmedas, son algo diferentes de la anterior especie de este mismo género, ya que se encuentra en las zonas de clima continentalizado del interior, ya que tolera las oscilaciones térmicas y, aunque en bajo grado, las heladas, así como el encharcamiento, condiciones que podemos encontrar en los agrosistemas de gran parte de Andalucía. Tolera bien la sequía pero no las sombras densas.
En cuanto a los usos de esta planta, sus propiedades alucinógenas y venenosas ya eran conocidas por los indios americanos, cuyos chamanes la utilizaban para prácticas adivinatorias, profecías y rituales de curación. Dado que especies similares de Datura están por todo el mundo, también se conocen usos medicinales en la región Mediterránea desde tiempos de Dioscórides y en la India, donde se quemaba la raíz y hojas para tratar el asma por inhalación de su humo. Pero por sus propiedades anticolinérgicas (atropina) puede cambiar el ritmo cardíaco y afectar a la visión, además de producir intoxicación al chipar el néctar o comer sus semillas, o incluso el té de sus hojas. Los últimos estudios apuntan a su cualidad carcinogénica. Seguramente se importó por estas aplicaciones medicinales pero actualmente, salvo algún uso ornamental en jardinería, no tiene ningún uso, siendo considerada como una mala hierba.
Pese a los relatos sobre las propiedades de esta planta desde la Antigüedad (ej.Dioscórides), es seguro que no se trataba de esta especie sino de alguna próxima que se encuentra en el área mediterránea y que tiene propiedades similares, aunque menos potentes. No se importó hasta que llegaron los europeos a América, después del siglo XVI y desde entonces la planta ha saltado al medio natural, integrándose en la vegetación de ribera y el bosque mediterráneo, especialmente si tiene zonas húmedas o áreas nitrificadas por el ganado. Es más conocida su presencia en los agrosistemas de regadío, donde forman parte de las malas hierbas que crean un impacto económico, no sólo por la competencia con los cultivos, sino por su toxicidad, que afecta a muchos animales de granja, muriendo intoxicados o produciendo malformaciones fetales. El impacto también es social, por la amenaza de intoxicación para la población humana. Finalmente también tiene un impacto ecológico, especialmente para la vegetación riparia, siendo muy tóxica para los herbazales y juncales.
Por sus requerimientos ecológicos se entiende su distribución actual en Andalucía, con un clima generalmente cálido, prefiriendo los agrosistemas de regadío y riberas más o menos alteradas por el ganado, siendo citada en todas las provincias andaluza , incluidos algunos espacios naturales, como el Paraje Natural de los Acantilados de Maro-Cerro Gordo.
Para su control se recomiendan métodos físicos y químicos. Puesto que por el momento sólo invade ambientes antrópicos, y dada la antigüedad de la introducción de la especie, no es prioritario el control (no obstante puede estudiarse la conveniencia de eliminarla de los biotopos artificiales de espacios protegidos o de áreas de alto valor para la conservación). En cualquier caso, el arranque manual es factible en casos de invasiones localizadas o parcelas pequeñas (debe realizarse antes de la maduración de las cápsulas, ya que liberan fácilmente su contenido y los operarios deben protegerse los ojos y cara para evitar intoxicaciones). En cultivos, en caso necesario puede recurrirse también al uso de herbicidas comunes, que normalmente ejercen un buen control de la especie, dependiendo del tipo y condiciones del cultivo y de si la materia en cuestión está autorizada. A escala de parcela o rodal, el grado de dificultad se considera bajo, pasando a medio-extremo a escalas mayores.
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