De nombre científico Myiopsitta monachus ,Ll cotorra argentina, también conocida como “cotorra monje”, cotorra común y cotorra verdigrís, es un Ave Psittaciforme de la familia Psittacidae, un loro de tamaño medio (longitud 29 cm, envergadura 45 cm) y 140 gr de peso medio. De color verde lima brillante, con la frente, la garganta, el pecho y el vientre de color gris claro, lo que la diferencia claramente de la otra cotorra invasora en España, la cotorra de Kramer (Psittacula krameri). La punta de las alas (rémiges) son de color verde-azulado y el pico es fuerte, corto y ganchudo, de color ocre, patas grisáceas. La cola es larga y puntiaguda, de color verde, como el dorso.
Habitat. Presente generalmente en la proximidad de núcleos urbanos en colonias de más de 100 individuos. Es una especie muy adaptable, pudiendo vivir en zonas tropicales, templadas e incluso frías, y también puede vivir en gran variedad de ambientes vegetales, pero se observa sobretodo en zonas verdes urbanas o su periferia. Es una especie inteligente, granívora, alimentándose de semillas silvestres (cardo) y cultivadas (maíz, arroz) así como de frutos, flores, insectos y larvas, habiéndose encontrado también comportamientos necrófagos. Son aves muy gregarias, nidificando comunitariamente, construyendo grandes nidos hechos con trozos de ramas más o menos espinosas, entretejidos en árboles, como las palmeras y estructuras artificiales como postes de tendidos eléctricos, donde viven decenas de individuos. Utilizan los nidos durante todo el año como dormideros. Época de cría de marzo a agosto, con puestas de 5-8 huevos por cada pareja, con un periodo de incubación de 26 días. La protección térmica de los nidos coloniales les permite resistir todo tipo de climas.
Origen y distribución. Originaria del centro de Sudamérica, actualmente se encuentra presente en Europa, Norteamérica y otras partes de Sudamérica debido a escapes de individuos cautivos y liberaciones, al ser una especie apreciada como ave de jaula o mascota. En España se distribuye principalmente por la costa mediterránea, aunque también hay poblaciones grandes en Madrid y Canarias y pequeñas en el resto del territorio peninsular. Madrid y Barcelona concentran el 51% de las cotorras sueltas en España. Málaga no se queda muy atrás, pues en 2017 se estimó una población de 3.000 individuos en la provincia de Málaga, la mayoría de ellos en la ciudad de Málaga, donde están presentes desde finales de los años 70. En Vélez-Málaga es fácilmente observable en los parques de Vélez y en sus alrededores: el Trapiche, Torre del Mar y La Caleta, teniendo preferencia por la costa.
Carácter invasor. Especie sedentaria con tendencia de expansión de sus poblaciones reproductoras y su distribución. La perversa costumbre de deshacerse de las mascotas liberándolas en el exterior, es la causa principal de su expansión por las ciudades, cultivos y, en algunos lugares, los espacios naturales protegidos. Entre los efectos negativos provocados en los medios que frecuentan se cuentan: competencia trófica con especies locales, depredación de huevos y pollos de especies más pequeñas, desplazamiento de especies autóctonas como el mirlo (Turdus merula) y, en otras provincias, la urraca (Pica pica), así como daños a cultivos por alimentación y daños al mobiliario urbano por el gran peso de sus nidos. También causan molestias a la vecindad por el ruido de sus fuertes graznidos. Su impacto sanitario empieza a valorarse, al detectarse casos de psitacosis (enfermedad producida por la bacteria Clamyda psittaci, transmitida por estas aves). Entre sus enemigos naturales se encuentran las aves rapaces, pero en la ciudad este control natural es insignificante. Por este motivo, en varias ciudades españolas se han ensayado diversos sistemas de control, pero la mayoría han sido ineficaces, por lo que algunos expertos recomiendan su control por métodos cruentos, lo que ha recibido la oposición del sector animalista de la sociedad.
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