En el capítulo anterior hablábamos de los escarabajos de las legumbres (familia Bruchidae), que también se les ha ido llamando “gorgojos”, pero decíamos que este nombre era preferible reservarlos a otros escarabajos que también atacan a algunos alimentos, que son los auténticos “gorgojos”, es decir, escarabajos de la familia Curculionidae, cuya característica común más notable es la de tener un rostro alargado en forma de trompa, en cuyo extremo se encuentra la boca y dos pequeñas pero poderosas mandíbulas. Estos gorgojos son muy pequeños y vulgarmente se les ha llamado “cocos”. Aunque ahora es más infrecuente, debido al aumento de medidas higiénicas y de desinsectación, no hace mucho eran una auténtica pesadilla. En plena época de hambruna de nuestra postguerra civil, a la escasez de cereal por la falta de cosechas, se unía unas enormes pérdidas por la actividad de los ratones y los gorgojos en los graneros. En esta sección vamos ha hablar un poco de los gorgojos de los cereales, que son principalmente dos: el gorgojo del arroz (Sitophilus oryzae) y el gorgojo del trigo (Sitophilus granarius).
Ambos gorgojos o cocos son muy parecidos, los dos son muy pequeños, de 3-5 mm de longitud, alargados, cilíndricos, de cuerpo muy endurecido y de color pardo oscuro. Como hemos dicho, dado que son Curculionidos, su cabeza se prolonga hacia delante en forma de pico, a cuyos lados se disponen las antenas, que son típicamente acodadas. El gorgojo del trigo es más oscuro y brillante, mientras que el gorgojo del arroz es de un pardo castaño y presenta cuatro manchas amarillentas en los élitros y es un poco más pequeño que el primero.
El ciclo biológico de ambas especies de gorgojos es muy similar. Los gorgojos infestan los alimentos cuando una hembra grávida cava con su pico un pequeño agujero en la parte más tierna del grano y deposita sus huevos en los granos, en los cereales o en el arroz, poniendo solo un huevo en cada agujero, cubriendo el huevo con una secreción mucilaginosa. Estos huevos son blancos, brillantes, redondeados en un extremo y con una protuberancia plana en el otro, por el cual se fija al interior del grano. De este huevo nace una diminuta larva ápoda y gruesa de 2,5-3 mm de largo, de color blanquecino excepto la cabeza, que presenta fuertes mandíbulas que va aumentando de tamaño en sucesivas mudas (generalmente tres) conforme va alimentándose royendo el grano, de forma que una sola larva acaba destruyendo todo el grano. Alcanzado su máximo tamaño, inicia la pupación, construyendo una cámara pupal dentro del grano para transformarse en adulto o imago. Éste, una vez formado, emerge al exterior produciendo el característico agujero de emergencia que es el síntoma más evidente de infestación.
Normalmente tienen un ciclo anual (son univoltinos) pero en condiciones estables del almacén pueden desarrollar más de un ciclo. Al parecer las temperaturas altas estimulan el crecimiento, siempre que haya alimento. De todos modos, la vida media de una hembra no supera el año en el caso del gorgojo del arroz y excepcionalmente llega a dos años en el gorgojo del trigo.
Estos dos gorgojos no sólo se alimentan de las semillas o granos cereal propiamente dichos, sino que saben detectar los alimentos elaborados con estos ingredientes, como las galletas, y los ataca igualmente, si bien para reproducirse necesitan el grano. El gorgojo del trigo es más polífago, puede comer los granos de varias especies de cereales, pudiendo poner huevos en trigo, avena, centeno, cebada, arroz y maíz. Si bien la infestación de gorgojos puede pasar desapercibida al principio, se podría notar la presencia de pequeños gorgojos negros semanas o meses después de que los huevos hayan eclosionado. Los daños no se quedan únicamente en los alimentos puesto que desde el punto de vista sanitario están entre las causas de la alveolitis alérgica extrínseca.
No hay mejor método para evitar estos problemas que la vigilancia y las medidas preventivas y medidas rápidas de desinsectación. La primera medida consiste en examinar bien que no haya gorgojos en los granos y en el arroz antes de comprarlos, (hay que elegir embalajes transparentes para poder verlos por fuera). Es fácil identificarlos porque al ser oscuros destacan sobre el grano, incluso estando dentro de los granos podemos intuir que están en los granos más oscuros. En segundo lugar, almacena el grano comprado en un recipiente hermético de cristal. Independientemente de ello, es conveniente limpiar la despensa y cada cajón que contenga alimentos cuantas veces sea necesario, utilizando un trapo o una aspiradora para desempolvar los estantes y cualquier grieta o agujero que pueda contener pequeños restos de harina o alimentos. Se puede restregar con una mezcla de agua y jabón las estanterías de la despensa, las puertas, las paredes y el techo. Hay que limpiar inmediatamente cualquier derrame de alimentos sólidos o líquidos. Si la invasión es fuerte, congela todo el material y lo tiras a la basura, pero si encuentra uno o dos, congela el material y elimina los granos atacados (que se evidencian por tener un agujero de emergencia del adulto) y los sospechosos, los demás estarán sanos y comestibles.
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