Desde el pasado mes de marzo nuestra vida dio un giro bastante drástico en todos los aspectos en los que le puede afectar a una persona: laboral, económico, social, familiar, afectivo, autónomo etc.
En los centros de logopedia hemos tenido que adaptarnos a la nueva situación, para ello se ha visto alterada la dinámica de trabajo que teníamos y nos hemos tenido que ajustar a unas medidas que se hacen aun más estrictas si tenemos en cuenta que la mayoría de nuestros centros son regentados por población infantojuvenil. En nuestro centro hemos optado por reducir las terapias grupales salvo casos en los que el beneficio supere con creces a los riesgos que podemos asumir dada la situación actual, por lo que las sesiones se han vuelto individuales y muy adaptadas en cada caso. La higiene tanto a la llegada como a la salida se ha convertido en un ritual totalmente obligatorio (mascarillas higiénicas, uso de gel desinfectante, desinfección del calzado, desinfección del mobiliario y material usado tras cada sesión, material individual, etc)
Lo que antes podía ser un simple resfriado ahora es una recomendación de prudencia y de solidaridad con todos, para que todo aquel que tiene el más mínimo síntoma se asegure de que no va a más y se permita unos días de aislamiento en prevención a la salud de todos los demás hasta encontrarse totalmente bien.
Se han restringido las revistas, juguetes y mobiliario en las salas de espera a la vez que se ha restringido igualmente la presencia de personas en las mismas o la aglomeración de varias en las dependencias de las instalaciones salvo casos de traer o recogida de pacientes en la medida de lo posible. Sabemos que son medidas novedosas, a veces engorrosas, pero tenemos que aprender a modificar nuestros antiguos hábitos por el bien de todos. Son pequeños cambios que hacen bastante y que una vez nos adaptemos lo agradeceremos. En general las familias las han acogido muy bien y eso es de agradecer.
Para nosotros los logopedas también ha sido un cambio muy significativo, además, el uso de las mascarillas nos ha limitado mucho en nuestro trabajo y tenemos que recurrir a métodos de seguridad que permitan una mejor visión de la zona oral para trabajo de pronunciación y observación de las estructuras orales en terapia miofuncional, dislalias, deglución etc. Los logopedas trabajamos con una necesidad bastante imponente de aportar ejercicios orales que deben ser pautados y para ello es necesario la observación directa en muchos casos que se ve alterada por el uso de las mascarillas. Pantallas faciales, mascarillas transparentes y otros inventos son a día de hoy nuestras herramientas para intentar seguir combatiendo este virus pero sin dejar a todos esos pacientes que necesitan la observación oral sin poder aprender, sin que nuestro trabajo se vea más alterado. Confiamos en que todo esto nos haga personas más responsables, solidarias y sepamos que el COVID es algo que nos ha pillado por sorpresa, pero la capacidad de adaptación y supervivencia del ser humano hace que podamos buscar formas de vivir el día a día haciendo los cambios necesarios para adaptarnos aunque ello conlleve tiempo y sacrificio.
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