Uno de los problemas que nos vamos a encontrar cuando salgamos a hacer senderismo es saber orientarnos. Porque aunque tengamos el material idóneo y las ganas a tope, si por cualquier contrariedad nos extraviamos, podemos echar a perder nuestro fabuloso día de campo.
Para evitar éste posible desastre, vamos a dar una serie de consejos y pautas que nos ayuden a “encontrarnos” a nosotros mismos y el camino a seguir. Sabiendo donde estamos y adonde queremos ir, podemos trazar nuestra mejor ruta.
Orientación viene de oriente, o sea, buscando ese punto cardinal será muy fácil encontrar los restantes.
Así empezaremos diciendo que es la acción de ubicarse o reconocer el espacio que nos rodea. Para esto nos basamos en puntos conocidos que van a actuar como referencias. Resumiendo, es saber aproximadamente dónde estamos en un momento determinado.
Para conseguir esta capacidad, por cierto negada a muchos de nosotros, podemos utilizar distintas técnicas. Desde las basadas en métodos naturales hasta los sofisticados artilugios que nos posicionan por satélite.
Vamos a enumerar algunas que sin duda nos van a servir para nuestra práctica deportiva, haciendo una primera clasificación entre recursos naturales y recursos artificiales.
NATURALES: Lo primero es apuntar que su precisión es escasa pero su utilidad máxima. Se basan en la observación del entorno, fenómenos atmosféricos y las deducciones que podamos extraer de ellos.
- El primero a utilizar sería el sol. Si lo dejamos a nuestra espalda y abrimos los brazos en cruz, nuestra sombra nos muestra el norte, el brazo izquierdo el oeste, el derecho el este y tu espalda el sur. Similar a este es utilizar un palo y el desplazamiento de su sombra nos va indicando el movimiento este-oeste. Su perpendicular nos mostrará el norte-sur.
- Con la luna, si está en cuarto menguante tiene forma de C y sus puntas miran al Oeste. En cuarto creciente, con forma de D, sus puntas nos indican el Este.
- Buscar la Estrella Polar en el hemisferio norte o la Cruz del Sur en en hemisferio sur, que nos marcarán el norte y el sur respectivamente.
- Mirar otros indicios de la naturaleza, como la nieve, el hielo, los musgos y líquenes que abundan en la cara norte, y los nidos de aves, hormigueros, ramas más frondosas que miran al sur por tener más horas de luz.
ARTIFICIALES: En este apartado vamos a incluir todos aquellos en los que interviene algo construido por el hombre.
- Utilizando un reloj con agujas, apuntamos con la manilla de las horas al sol. La bisectriz del angulo entre dicha aguja y línea imaginaria que pasaría por las 12, nos indicará aproximadamente el sur. Si estamos en el otro hemisferio, nos marcaría el norte.
- Si tenemos la suerte de encontrarnos con una construcción tipo iglesia o una catedral, la cabeza del crucero está orientada al este.
- Con la ayuda de una brújula, que siempre nos señala el norte magnético terrestre. Así nos orientamos en un plano, podemos obtener rumbos y seguirlos con seguridad.
Utilizando un mapa topográfico, que representa gráficamente y de forma plana la superficie terrestre. En él aparecen las llamadas curvas de nivel, que unen puntos con la misma altitud. - Sistema de posicionamiento global por satélite, o sea, GPS.
En cualquier caso, y antes de cometer alguna imprudencia que nos pudiese perder más, convendría detenerse, serenarse y mirar bien por los alrededores, porque lo mismo vemos la siguiente señal indicadora que no localizábamos.
Las montañas ayudan a los hombres a despertar sueños dormidos (H.Tazieff)
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