En los últimos meses, seguro que has escuchado en las noticias que el precio del petróleo está subiendo, y que uno de los motivos principales es el conflicto entre Irán e Israel. Pero, ¿por qué ocurre esto? ¿Cómo funciona realmente el mercado del petróleo y qué hace que los precios cambien tanto de un día para otro?
Vamos a explicarlo paso a paso, sin tecnicismos, para que cualquiera pueda entenderlo.
1. ¿Qué es el mercado del petróleo y cómo se negocia?
El petróleo es una de las materias primas más valiosas y estratégicas del mundo. No solo mueve coches y aviones, también está detrás de la electricidad, los plásticos, productos de limpieza, ropa, y muchísimos objetos cotidianos.
El comercio del petróleo se realiza principalmente en dos grandes mercados internacionales: la Bolsa de Nueva York (NYMEX) y la de Londres (ICE). Allí, el precio se determina mediante contratos llamados futuros.
¿Qué es un futuro?
Imagina que eres una aerolínea y necesitas saber cuánto vas a pagar por el combustible dentro de tres meses. Para evitar sorpresas, firmas hoy un contrato que te garantiza un precio fijo para dentro de tres meses. Esto es un contrato futuro. Lo usan tanto compradores como vendedores para protegerse de las subidas y bajadas de precios.
2. ¿Por qué cambian tanto los precios del petróleo?
El precio del petróleo depende principalmente de dos cosas:
- La oferta: cuánto petróleo se produce y se pone a la venta.
- La demanda: cuánto petróleo se necesita consumir en el mundo.
Si hay mucha oferta (por ejemplo, porque los países productores deciden bombear más petróleo) y poca demanda (quizás porque la economía va mal y se viaja menos), el precio baja.
Si pasa al revés, es decir, hay poca producción o mucha demanda, el precio sube.
Pero aquí entra un tercer factor clave:
Los factores geopolíticos. Cualquier conflicto, sanción, guerra o incluso amenaza de guerra en los países productores puede alterar radicalmente el precio, aunque la producción real todavía no haya cambiado.
3. ¿Por qué afectan tanto los conflictos como el de Irán e Israel?
Irán es uno de los mayores exportadores de petróleo del mundo y, junto con otros países de Oriente Medio, controla una parte enorme de la producción global. Además, por la zona del Golfo Pérsico y el Estrecho de Ormuz (muy cerca de Irán) pasa casi una quinta parte de todo el petróleo que se consume cada día en el planeta.
Israel, aunque no produce apenas petróleo, sí está en el centro de una región donde cualquier conflicto puede “salpicar” a los países vecinos, muchos de ellos productores.
Cuando estalla un conflicto, los inversores y las empresas del sector petrolero se ponen en guardia. Temen que pueda haber ataques a infraestructuras, cierres de rutas, sabotajes, o simplemente sanciones que limiten la exportación. Es lo que en economía se llama incertidumbre.
Y cuando hay incertidumbre, lo habitual es que todos intenten asegurarse el suministro: compran más petróleo “por si acaso”, o bien los especuladores empiezan a comprar futuros pensando que el precio va a subir. Eso genera una subida casi inmediata en los mercados, a veces solo por miedo o precaución.
Ejemplo reciente:
A raíz de las últimas tensiones entre Irán e Israel, el precio del barril Brent (la referencia en Europa) superó los 90 dólares, cuando hace apenas unos meses estaba por debajo de 75. Solo bastaron unas amenazas, sin cambios reales en la producción, para que los mercados reaccionaran así.
4. Así se refleja en la bolsa (y en nuestro día a día)
Cada día, el precio del petróleo (el famoso Brent o el West Texas Intermediate, que es la referencia en EEUU) aparece en los titulares económicos. Cuando ocurre algo grave en Oriente Medio, los operadores en bolsa reaccionan al instante, comprando o vendiendo según las noticias, los rumores y las expectativas.
A veces, el precio se dispara en minutos después de una noticia, aunque el petróleo físico tarde semanas en llegar a su destino. Es como si el miedo se anticipara a los hechos.
Poco a poco, esta subida en la bolsa se traslada a los precios que pagamos en la gasolinera, en la calefacción y, de forma indirecta, en muchos productos del supermercado (porque transportar mercancía también se encarece).
5. ¿Nos afecta aunque vivamos lejos?
Sí, y mucho. España, como casi todos los países europeos, importa casi todo el petróleo que consume. Por eso, cualquier subida internacional nos afecta directamente, aunque el conflicto esté a miles de kilómetros. La subida de precios tarda unos días o semanas en llegar, pero acaba notándose en el bolsillo de todos.
Además, si el conflicto se agrava o se prolonga, puede haber más efectos colaterales: encarecimiento de productos, subida de la inflación, e incluso problemas de abastecimiento si el corte es muy serio.
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