En este siglo XXI la sociedad está cambiada, especialmente dentro del núcleo familiar, inevitablemente este nuevo modelo social, también ha repercutido en una nueva figura de abuelos. Aunque cada vez las madres tienen su primer hijo a mayor edad, podemos ver con facilidad que los abuelos de hoy en día son cada vez más jóvenes y llenos de energía.
Abuelas que aún trabajan, que van de compras o que se manejan perfectamente con los móviles y redes sociales, abuelas que van a clases de yoga y que a su vez tienen que cuidar a sus propios padres, ya que las expectativas de vida son cada vez más altas, atrás queda entonces la imagen de esos abuelos canosos y mayores, con todo el tiempo del mundo, pero más débiles.
Estar joven no siempre es beneficioso cuando toca ser abuelo o abuela, porque a veces al verles más jóvenes, los hijos nos aprovechamos y nos sentimos con el derecho de exigirles más, olvidando que ya merecen un momento de descanso luego de una vida de trabajo y de construir familia. Aunque no siempre puede ser así, algunos deben hacerse cargo del cuidado de los pequeños, mientras que otros deciden vivir su vida porque es su momento.
¿Cuál es el perfil de los abuelos de hoy en día?
Muchos abuelos deben suplir la ausencia de los padres mientras estos trabajan, uno de cada cuatro lo hace diariamente, dedicándoles una media de siete horas al día, dos más que el promedio europeo. Normalmente los abuelos de hoy cuidan a los nietos todos los días, los niños se benefician cuando los abuelos están involucrados en sus vidas de un modo u otro y también, los abuelos pueden disfrutar de los beneficios de la relación con sus nietos. Una estrecha relación entre abuelos y nietos se asocia a un menor número de síntomas de depresión para ambas generaciones, ¡el poder del amor es increíble! Aunque a veces este “amor sin medida” es causa de conflictos entre padres y abuelos por consentir a los nietos o nietas.
Hoy en día no es fácil ser padres pero tampoco es nada fácil ser abuelos o abuelas, normalmente se asignan tareas como parte de su nuevo papel. Tales como cuidar a los nietos/as siempre que les sea posible, porque saben que si no pudieran, las parejas en las que los dos miembros trabajan contar con ellas o ellos, les sería muy difícil llevar o recoger los niños del colegio o atenderles durante las vacaciones escolares. Las estadísticas hablan de centenares de miles de abuelos/as que ayudan cada día a su familia, a pesar de tener que madrugar sin necesidad, tan sólo para poder quedarse con sus pequeños, de ser además un apoyo económico cuando se hacen difíciles algunos meses y de servir de ahorro para sus hijos, ya que sus cuidados son gratuitos. Hablamos de un perfil de abuelo/a de hoy, personas que además de colaborar en lo que pueden para ayudar a sus hijos/as, se ocupan en parte de una educación en valores y saberes como abrirse a los demás; disfrutar de las cosas bien hechas; ser pacientes; saber compartir…
Los abuelos y abuelas de hoy, son personas activas y actualizadas, capaces de convertirse en confidentes y hacer con ellos la vida que sus padres no tienen tiempo de disfrutar. A pesar de todo, ser abuelo/a se trata de un lugar que continúa y continuará siendo fundamental; ya que en ellos está el valor del tiempo.
Indiscutiblemente, los abuelos son el gran pilar de la conciliación familiar en este país, En muchos casos continúan siendo ellos quienes reúnen, quienes “hacen familia”, quienes cuentan anécdotas y quienes en momentos difíciles aparecen ante una crisis familiar solucionando problemas. Gracias a ellos, muchas familias se organizan con los horarios de los trabajos, no obstante, es importante no convertirse en un abuelo o abuela esclava.
La relación entre los abuelos y los nietos es muy importante para los pequeños y además, es el segundo vínculo emocional más importante para los hijos además de con sus padres. Los momentos de encuentro entre abuelos y nietos son a menudo tiempo de vacaciones. Son días de desayunos tardíos, de helados demasiado grandes, de pequeños placeres que se convierten en los mejores recuerdos. Abuelos y nietos tienen que poder disfrutar juntos de ese espacio y ese tiempo de libertad.
Quienes hemos tenido la suerte de crecer rodeados del cariño de nuestros abuelos, sabemos que se trata de un enorme regalo, que deja huellas y trasciende.
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