A la Ilustre y Antigua Hermandad del Santísimo Cristo de la Veracruz,
Nuestra Señora del Mayor Dolor, San Juan Evangelista y María Santísima de Consolación y Lágrimas
I
San Joaquín llora a la madre
del Cristo más portuense;
el que sale en Viernes Santo,
al que le sangra la frente.
El que hace ya cinco siglos
lleva una herida de muerte
y va clavado a un madero
y acompaña su gente.
II
Hace tiempo que no sales
en tu palio, mi tesoro
y ahora vas junto tu hijo
para no dejarlo solo.
En tus ojitos, señora,
no veo nada y lo veo todo
y al verte con tu Corona
a tu grandeza le imploro.
III
Igual que en Sevilla el verde
anuncia a la Macarena
lo llevan tus penitentes
y mi tierra en su bandera.
Son tu belleza y tu estampa
cuidadas como oro en paño.
¿Quién diría al ver tu cara
que tienes cincuenta años?
IV
Sus costaleros la ayudan
a llegar a las estrellas
y en sus ojos se dibuja
el mismo llanto que en ella.
Espero verla este año,
por fin otro Viernes Santo
subiendo en su palio al cielo,
y cuando me esté mirando
decirle cuanto la quiero.
ESTRIBILLO
Madre de Consolación,
la calle Cielo te espera
igual que te espero yo;
tus lágrimas son sagradas
por ser la madre de Dios.
Fotografía: Cristian Pinto Aparicio
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