En el artículo de este mes, vamos a abordar un tema que puede dar muchos quebraderos de cabeza los usuarios. Se trata de las tarjetas SD. Puede parecer un tema sencillo, ya que simplemente se trata de comprar una del tamaño deseado y usarla, ¿no? El problema viene con los cientos de modelos diferentes, estándares de velocidad, clases. Aquí esperamos que todo eso quede un poco más claro.
Tamaños físicos de tarjetas SD
Empezamos por el apartado que es más sencillo, ya que son muy fácil de distinguir. Y como yo digo siempre, si no cabe, no cabe. Hay principalmente tres tamaños de tarjetas, que se usan para los siguientes propósitos:
- SD. También llamada tarjeta SD de tamaño completo. Se trata del tamaño original desarrollado a finales de los 90 y que aún se usa. Tiene un tamaño compacto y manejable, 32×24 mm y nos ofrece una alta capacidad a un precio muy reducido. Se suele usar principalmente en las cámaras de fotos tradicionales, donde no hay mucha restricción de tamaño y donde prima la velocidad y la capacidad.
- miniSD. Primer y fallido intento de reducir el tamaño hasta 21.5x20mm. Dejó de fabricarse allá por 2008 por la falta de soporte y el surgimiento de las microSD.
- microSD. Segundo intento de reducir el tamaño de la tarjeta. En este caso, bajamos hasta los ridículos 15x11mm por lo que es perfecta para usar en dispositivos de pequeño tamaño o donde el espacio sea una restricción. Principalmente para teléfonos móviles y cámaras pequeñas como las de acción.
Familias de tarjetas SD
Para ir avanzando con la tecnología, el estándar que define las tarjetas SD ha ido actualizándose con el tiempo. Por ello, encontramos hasta la actualidad cuatro familias diferentes de tarjetas SD, que, si bien se parecen mucho, debemos tener en cuenta a la hora de comprarlas:
- SD. Este es el modelo clásico, que surgió a finales de los 90 y que ya ha quedado totalmente obsoleto. Su capacidad estaba limitada a 2 GiB, lo cual es muy poco práctico hoy en día para un medio de almacenamiento.
- SDHC. Segunda versión de estas tarjetas, cuya capacidad máxima se extiende hasta los 32 GiB. Apareció en 2006 y puede parecer un límite razonable, pero las necesidades van aumentando, por lo que también ha quedado desfasada.
- SDXC. Tercera y actual versión, donde además de volver a incrementar la capacidad, se adaptan nuevos sistemas de archivos. Esto permite que la capacidad máxima pasa a ser 2 TiB, más que suficiente para cualquier uso que se le pueda dar hoy en día a este tipo de tarjetas.
- SDUC. Futura versión del estándar anunciado a mediados 2018 y vuelve a incrementar velocidad y capacidad hasta llegar a los 128 TiB. Puede parecer una capacidad gigantesca, pero con la llegada de nuevos formatos de video como 8K y tasas de refresco altas, podemos fácilmente llegar a estas cantidades. Aún no está disponible en el mercado, por lo que tendremos que esperar.
Es muy importante, que a la hora de comprar la tarjeta tengamos claro para qué dispositivo la vamos a usar, y si éste soporta la versión del estándar. No queremos gastarnos 100€ en una flamante nueva tarjeta con cientos de gigas y la velocidad del rayo sólo para darnos cuenta de que no la reconoce por tener un dispositivo anticuado.
Velocidades
Aquí es donde la cosa se pone interesante, ya que hay cientos de combinaciones, de clases y de velocidades. Hay que tener muy claro para qué la queremos, ya que no es lo mismo una tarjeta microSD para un teléfono móvil donde única y exclusivamente vamos a hacer copias de seguridad de nuestras fotos, a una tarjeta SD conectada a una cámara que va a grabar 4K a 60 fps.
Así que, cosas para tener en cuenta a la hora de comprobar la velocidad, ya que los fabricantes suelen poner números distintos y es complejo a la hora de comparar tarjetas:
- Multiplicador. Muchos fabricantes indican la velocidad con un número seguido de una x, tal que “100X” se refieren a que son 100 veces más rápidas que un CD estándar. Os acordáis de los CDs lectores de 8x, 16x, 24x… pues igual. Multiplicad el número por 150 KB/s y tendréis la velocidad real.
- Velocidad real. A veces, el fabricante indica el número de MB/s directamente en la tarjeta. Pero ojito aquí, que suelen poner el más rápido entre lectura y escritura, por lo que podemos llevarnos una decepción. Preguntad siempre por ambas.
- Categoría. Por si no fuera complicado ya, se inventaron diferentes categorías de velocidad. Podemos encontrar de clase C, de clase U y de clase V, acompañadas de un número. Por ejemplo, C2 equivale a 2 MB/s, mientras que U1 equivale a 10 MB/s. Así que no os dejen engañar los números y tened en cuenta dentro de qué categoría se encuentra. Para ilustrarlo mejor, se incluye la siguiente tabla:
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