Ya en la recta final de esta crónica, situados ya en el año 2019, año en que redactamos esta serie de artículos, ya habíamos elaborado dos libros y estábamos escribiendo otro, de diferentes temáticas ambientales.
El primero de ellos se centró en el litoral, un espacio de interacción entre la tierra y el mar, donde se ha producido la transformación más importante del territorio de la Axarquía, y por tanto donde más arduamente se han producido los impactos ambientales en esta comarca. El resultado de este estudio, en el que se incorporó el socio de honor de GENA, el profesor Matías Mérida, especialista en paisajes, y el historiador nerjeño Francisco Capilla, además de una importante colaboración del catedrático de geomorfología de la Universidad de Sevilla, Gonzalo Malvárez, fue un grueso libro titulado: Turismo, mercantilización y desnaturalización del liotral de la Axarquía, editado por GENA. El litoral de la Axarquía, como muchos otros del Mediterráneo, ha pasado de ser el territorio más inhóspito y peligroso para la vida humana, a constituir el espacio preferido por la mayor parte de la población que quiere disfrutar de sus valores naturales en tiempos de ocio o vacación y, como consecuencia de ello, por una población creciente que ofrece o participa de los servicios que conlleva esta estancia. Esta dinámica, que en la Axarquía comenzó a mediados del siglo XX, no ha parado de incrementarse, hasta el punto de que la mayor parte de la población se ha trasladado a vivir en el litoral, un fenómeno que denominamos litoralización y que va de la mano de masificación turística (turistización), la actividad inmobiliaria, en definitiva, la compra-venta o alquiler de este espacio, y por tanto su mercantilización y, como saldo final de toda esta dinámica, la pérdida de los valores naturales del litoral, es decir su desnaturalización. Este libro es un acta de este proceso de mercantilización y desnaturalización del litoral de la Axarquía, apoyándose en numerosos estudios científicos que distintos especialistas han realizado para calibrar la sostenibilidad de esta frenética actividad sobre ese frágil espacio natural que es el litoral de la Axarquía.
El segundo libro, escrito en un tono divulgativo, versó sobre los pequeños animales de nuestras casas, principalmente invertebrados artrópodos que solemos encontrar en nuestras viviendas, viviendo de nuestras sobras (comensales), parasitándonos o bien simplemente refugiándose. El resultado fue un libro titulado: Los pequeños animales de nuestras casas, editado por GENA. Para su elaboración, se partió de una serie de pequeños artículos publicados anteriormente en la revista publicitaria veleña Todo, de aparición quincenal, que sufragó parcialmente los gastos de esta edición. Sin embargo, en esta ocasión se amplió considerablemente los textos dedicados a cada especie y se ofreció una profusa ilustración, con dibujos y fotografías a color, que ayudaban a la comprensión de los textos y a la identificación de las especies descritas en cada capítulo del libro. En este libro hacemos ver que en nuestras casas hay más habitantes que nuestra familia. Nadie vive solo en una vivienda. La razón de ello es que hay una comunidad, más o menos grande, de pequeños animales que conviven con nosotros desde tiempos prehistóricos, muchos nos acompañaban en las cuevas, y todavía siguen con nosotros, ahora en nuestras confortables casas. Por más que nos esforcemos en separarnos de esta molesta comunidad, la casa más limpia siempre tendrá una nutrida colección de estos pequeños animales. Algunos de ellos, llamados antropobios, no pueden vivir en otro lugar que nuestras casas, bien porque se han adaptado o porque llegaron a nuestras casas transportados con alimentos, desde lugares cálidos de la Tierra y necesitan vivir en las condiciones de nuestras casas para subsistir. Este libro muestra algunos detalles para reconocer los pequeños animales Artrópodos que podemos encontrar con más frecuencia en nuestras casas. Su lectura le revela no sólo detalles curiosos de la biología de estos animales, sino también algunos consejos para convivir con ellos sin que lleguen a producirnos daños severos.
Al cierre de esta crónica, en este mismo año también iniciamos un nuevo estudio, titulado provisionalmente como La burbuja de los subtropicales y el colapso hídrico en la Axarquía, que como su título señala, está centrado en el estudio de problemática ambiental que está ocasionando la proliferación (de forma explosiva, de ahí que lo califiquemos como “burbuja”) de los cultivos subtropicales, principalmente aguacate y mango. Ciertamente, este tipo de cultivos dan un buen rendimiento a la tierra, mucho más alto que los tradicionales cultivos de olivos, viñas y almendros, que estaban en régimen de secano. Al sustituir estos cultivos tradicionales por cultivos subtropicales, que son altamente demandantes de recursos hídricos, la superficie regable de la Axarquía se incrementaba peligrosamente por encima de los 140 m sobre el nivel del mar que está autorizado por el plan de regadío llamado Plan Guaro. La transformación de los antiguos suelos de secano en regadío supone ya actualmente la duplicación de la superficie regable, lo cual sitúa a la comarca al borde del colapso hídrico, especialmente ahora que hemos entrado en un periodo de sequías cada vez más frecuentes, en el contexto del calentamiento global (cambio climático). Los resultados de este estudio, aún no han concluido, pero algo se ha avanzado en sucesivos artículos publicados en la revista malagueña El Observador.
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