En este artículo continuamos con la serie de Conexiones a Internet, donde se presentarán todas las opciones que existen para las conexiones móviles, con sus pros y contras.
Hoy en día casi todo el mundo dispone de un teléfono o dispositivo que se conecta a la red de redes de forma inalámbrica. Muchas veces no sabemos muy bien cómo funciona esta tecnología y cuáles son las opciones que disponemos.
Wireless LAN
Esta es posiblemente una de las más conocidas formas de acceder a Internet de forma inalámbrica. Sin embargo, no es de forma estricta una manera de acceder a Internet, si no solamente un puente inalámbrico hasta nuestra conexión real a Internet: Cable o DSL. Es por esto, por lo que cuando nos alejamos mucho de nuestro router, la conexión deja de funcionar.
A pesar de esto, hay algunos factores que siempre conviene tener en cuenta para elegir, bien sea nuestro router, o bien nuestro dispositivo. Está regulado por el estándar 802.11 del IEEE cuya revisión más reciente es 802.11ac, así que, si nuestro dispositivo ya soporta dicha revisión, nos valdrá durante más tiempo. Si no es así, debemos fijarnos que al menos soporte la versión anterior: 802.11n.
Aquí hay dos bandas principales, la de 2.4 GHz y la de 5 GHz. La primera tiene menos ancho de banda, y por tanto hay más riesgo de saturación con las redes inalámbricas de los vecinos. La segunda, sin embargo, soporta muchos más usuarios de forma simultánea y mayor velocidad; sin embargo, la señal móvil no tiene tanta penetración en paredes y obstáculos.
2G
A pesar de tener más de 25 años, este tipo de conexiones sigue aún presente en todos los terminales del mercado. También se conoce como GSM, y es la segunda generación de conexiones móviles. En principio solo estaba disponible para realizar llamadas de voz y mensajes cortos (SMS), pero extensiones al estándar permitieron la conexión de datos. En los móviles actuales se puede reconocer cuando en el icono de cobertura hay escrita una G (GPRS), o una E (Edge).
En velocidades, la 2ª generación está muy limitada y llega a ser muy tedioso su uso con el tamaño de los servicios que usamos. Para que os hagáis una idea, es la velocidad a la que nos limitan una vez nos pasamos de nuestro volumen de datos.
3G
A finales de los 90, llegó la siguiente evolución en conexiones móviles. Aunque siendo sinceros, más que una evolución, supuso una revolución en muchos aspectos. Las velocidades aumentaron de forma sustancial, llegando en la primera iteración del estándar a duplicar lo que la segunda generación nos ofrecía. Más adelante, la inclusión de nuevas modulaciones permitió alcanzar velocidades de más de 7 Mbps, y finalmente, 21 Mbps.
Estamos pues, ante el momento donde las conexiones móviles se equiparan en velocidad a las conexiones fijas, permitiendo la existencia de los conocidos Smartphones. Aquí los usuarios ya tenían la posibilidad de usar de forma totalmente funcional su conexión a Internet, incluso hacer videoconferencias y video bajo demanda.
Para diferenciar en cuál de los modos 3G, hay que, de nuevo, fijarse en el logo de nuestra cobertura: Si vemos escrito 3G, estamos ante la velocidad más lenta; si vemos H o H+, es el modo HSPA donde podemos alcanzar hasta 21 Mbps.
4G
La llegada de móviles de alta definición (incluso 4K), el auge del video bajo demanda de la mano de empresas como Netflix, ha propiciado la necesidad de incrementar nuestras velocidades de conexión. Puede parecer que una velocidad de 21 Mbps es suficiente para un dispositivo móvil, cosa que 10 años atrás era poco más que ciencia ficción, pero nada más lejos de la realidad.
Para eso se desarrolló el estándar de cuarta generación, llamado LTE (Long Term Evolution). Aquí partimos desde una velocidad límite de 50 Mbps, aunque si bien es cierto que no todas las compañías ofrecen esa velocidad. Por supuesto, hay en marcha ya una nueva revisión del estándar LTE, llamada “LTE-Advanced” que nos ofrecerá en teoría velocidades de hasta 1000 Mbps, similar a una conexión de fibra óptica fija.
Aquí cabe remarcar un dato muy importante para todos aquellos que compren móviles en el extranjero: para la cuarta generación, hay bandas específicas que sólo funcionan en ciertas regiones. Por tanto, es muy importante que a la hora de comprar un teléfono fuera, nos cercioremos que la banda que nuestro proveedor usa está soportada. Si no es así, tendremos un móvil LTE pero que sólo puede funcionar en modo 3G.
Deja una respuesta