A mi tío Antonio Dávila Panadero, en el sexagésimo séptimo aniversario de su nacimiento y en agradecimiento por su acogida.
Tú quieres ser llorando el hortelano
de la tierra que ocupan y estercolan
las ruinas placentinas del pasado.
Hoy ,que mimas ,ya cumplido, tu legado,
y que gritas hacia atrás con voz sonora:
¡Este soy , este seré , después y ahora;
Denme paz y libertad que llego alado!
Y no importa si en Bilbao o en Barcelona ,
en Plasencia, o en Madrid ,mientras tus labios
han cumplido los deseos de tu persona,
has tenido ya la gloria entre tus manos.
Y aunque siempre te supuse tan tan lejos,
y aunque siempre te sentí como a un extraño,
fue muy grato el colosal descrubrimiento
de encontrarte familiar tan entregado.
Y este día tan especial que estás viviendo,
en que hacen ya sesenta y siete años
que pariera Catalina allá en tu pueblo
al que hoy vive en tu mente y en tus pasos,
me han servido cuál esencia y alimento
para concebir los versos que te traigo
y felicitarte a tí, mi tío extremeño
como lo hacen los poetas gaditanos.
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