El escenario económico que se va dibujando no es nada halagüeño como era de esperar.. Con políticas monetarias tan expansivas donde no se ponen límites, llega un momento donde los excesos se pagan.
El efecto ya lo tenemos. Dado todos los condicionantes que ahora veremos. Se habla ya de recesión para 2023 en Europa y probablemente también en los Estados Unidos. Los mercados financieros ya están comenzando a descontar ese escenario a futuro como un indicador adelantado, con caídas de más del 20% en los principales índices bursátiles.
Los problemas principales que ha causado esto es:
El alto nivel de deuda debido a la gran demanda de dinero inyectado a la economía por parte de los bancos centrales y en circulación, sin tanta oferta que demandase todo ese dinero, esto hace que la inflación suba y se haya convertido en el principal quebradero de cabeza para estos bancos centrales (pero sobre todo para las personas que ven como la vida se incrementa y los salarios no), los cuales ya han comenzado “tarde” ha paliar los efectos negativos que todo esto conlleva para las empresas y el ciudadano de a pie. El conflicto bélico influye también en la aceleración inflacionaria.
Los tipos de interés han comenzado a subir en Estados Unidos y desde hace unas semanas también en Europa. El mercado de valores cae a niveles del 20% en el principal índice bursátil que es el Sp500, por lo que ya se comienza a hablar de crisis.
Los inversores están nerviosos y eso se traduce en volatilidad propia de una época donde la incertidumbre está en el aire. Los mercados financieros caen con fuerza y eso es la salida de dinero profesional de los mercados y cierre de posiciones. Los cripto activos se comportan como la renta variable, caen y no observamos ningún comportamiento de refugio de valor en el principal asset como es el bitcoin (ver imagen a continuación). De momento no es una reserva de valor, todavía no podemos descartar que no lo sea.. pero a fecha de hoy 30 de junio de 2022 no lo es.
Las crisis financieras y las recesiones son cíclicas. A lo largo de la historia reciente hemos tenido crisis financieras y de todas se han salido incluso con más fuerza. Esto no será menos y donde ahora todo parece tan oscuro a largo plazo quedará como otra crisis más.
La de ahora es una crisis principalmente inflacionaria y de deuda insostenible. Se asemeja a la crisis de los años 70 donde los niveles de inflación también fueron excesivos pero tienen matices distintos. La crisis de los años 70 estuvo marcada sobre todo por las tensiones geopolíticas y eso derivó en graves problemas inflacionarios. Como solución a todo esto la Reserva Federal de Estados Unidos hizo la subida de tipos de interés más agresiva de la historia, en aquel momento pasaron del 10% al 17,6% en tan solo un año. Con esta medida enfriaron la economía y controlaron la inflación, algo similar a lo que deberán hacer en estos tiempos actuales.
Hoy en día, los expertos hablan de una inflación alta continuada. No vamos a seguir subiendo (o eso espero) pero tampoco vamos a tener la inflación de hace unos años en torno al 1,5 y 2% que era el objetivo principal del banco central europeo.
El banco central europeo ha anunciado que deja de comprar principalmente deuda pública y privada. Con esta medida quieren rápidamente controlar la inflación tan alta que tenemos. El problema es que hay países que tienen demasiada deuda y los cuales no han hecho nada para mitigar esos niveles tan grandes. Los déficit públicos son altos y ahora la prima de riesgo en algunos países como España o Italia se irán incrementando cada vez más. Por lo que ahora comenzaremos a escuchar nuevamente hablar de la prima de riesgo o a qué país tendrán que rescatar los bancos centrales ¿Os suena este canto de sirena? En la imagen que os muestro a continuación se puede observar países que hacen los deberes como Dinamarca o Irlanda reduciendo su déficit y otros países como España e Italia que no hacen nada para disminuirlo, sino que encima van incrementando cada vez más.
Seguiremos con detalle el desenlace de todo esto. No queda otra que “remar” hacia delante. Y por supuesto ahora más que nunca fomentar el ahorro y la buena gestión del capital es muy importante ante tiempos difíciles que nos tocará vivir.
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