Continuando la serie de artículos del mes pasado, en el Gadgetoscopio de este mes vamos a hablar un poco de cómo se deben proteger nuestros dispositivos más comunes ante una posible pérdida de datos, ya sea nuestro ordenador de casa, el que usamos en la oficina, o nuestro smartphone repleto de fotos de nuestra familia.
Para aquellos que no pudieron leer el artículo anterior, el concepto más importante es seguir una buena estrategia de copia de seguridad, como la denominada 3-2-1, donde existen 3 copias de la información, en al menos 2 formatos físicos distintos y una copia que no esté situada en la misma localización de la información original.
Ordenadores
Esta sea quizá la categoría más amplia que podemos encontrar, ya que en un ordenador podemos encontrar todo tipo de archivos, datos, documentos, fotografías, y normalmente las copias de seguridad lo engloban todo, sin diferenciar normalmente entre un tipo de archivos y otros.
Hay muchos software comerciales que realizan todo tipo de copias de seguridad, los hay gratuitos, de pago, profesionales, para el hogar. Sin embargo, vamos a centrarnos en dos particularmente que todos tenemos instalados por defecto y poca gente sabe que existen: se trata de “Historial de Archivos” en Windows y “Time Machine” en Mac.
Ambos tienen la misma estructura: copia de seguridad periódica de los datos que han sido modificados y se almacenan en un dispositivo externo a nuestro ordenador. Cuando algo va mal, simplemente “viajamos en el tiempo” a un punto donde sabemos que todo estaba bien y recuperamos el fichero en cuestión.
Smartphones
En los últimos 10 años hemos asistido a la revolución total de los smartphones: los teléfonos se han convertido en pequeños ordenadores de bolsillo, con cámaras que nada tienen que envidiar a las compactas, y con capacidades que incitan a más de uno a sufrir del síndrome de Diógenes digital.
Por tanto, con tanto dato en la punta de nuestros dedos, y con lo frágiles que son algunos dispositivos, pide a gritos una buena estrategia de copia de seguridad. Ahora bien, ¿qué es lo importante? ¿qué debemos asegurarnos que está a buen recaudo?
Todo depende un poco del uso que le demos al teléfono, pero hay un par de puntos que no deben faltar en nuestras planificaciones:
Contactos. Este es uno de los ejemplos más claros de la necesidad de las copias de seguridad: nuestro amigo ficticio José pierde su teléfono y tras comprarse uno nuevo, empieza a pedir en las redes sociales los números de teléfono de sus conocidos. ¿Suena familiar? ¡Pues no debería ser así! Hoy en día, tanto los teléfonos Android como los iPhone, tienen la capacidad de guardar en un servidor remoto toda nuestra agenda. Es tan sencillo, como a la hora de crear el contacto, decirle que en lugar de guardarlo en la memoria interna del teléfono, que lo guarde en el servidor de Google o Apple. ¡Fácil y rápido!
Fotografías. Desde que las cámaras de los teléfonos se han convertido en dignos rivales de las cámaras convencionales, todos tenemos en nuestro teléfono un sinfín de fotos de todo lo que nos encontramos en el día a día. Copiar todas estas fotos de vez en cuando a nuestro ordenador está bien, pero es algo tedioso y que no hacemos tan frecuentemente como deberíamos. ¿La solución? Hay servicios de almacenamiento en la nube, como iCloud, Dropbox, Google Drive, NextCloud, que nos permiten hacen copias de seguridad automáticas de todas las fotos que tomemos con nuestro dispositivo. Funciona muy bien, e incluso aunque borremos la foto original del teléfono, se mantendrá la copia en la nube.
Archivos recibidos. Este quizá es el punto un poco más “pro”, ya que es el más complejo de realizar. Además de las fotos que tomamos con nuestro teléfono, tenemos un sinfín de fotografías que hemos ido recopilando mediante la mensajería instantánea, como Whatsapp, Line o Telegram. En el caso de Whatsapp, permite realizar copias de seguridad regulares de nuestros datos y subirlos a la nube de Google Drive, por lo que si nos cambiamos de terminal, recuperaremos todo lo que teníamos.
Adelanto
Una vez que sabemos qué es lo que tenemos que proteger, qué debemos copiar y qué no, llega la pregunta más obvia de todas: ¿y dónde pongo todo esto? Hay multitud de soluciones para salvaguardar nuestros datos y todo depende, como siempre, del presupuesto, de nuestros conocimientos y del tiempo que queramos invertir en el proceso.
Obviamente no se puede pretender que todo el mundo realice la estrategia 3-2-1, pero un primer paso es siempre hacer siquiera algún tipo de copia de seguridad. Y tú, ¿a qué esperas para empezar?
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