Las malformaciones congénitas de la vía aérea superior abarcan un amplio espectro de patologías, habitualmente poco frecuentes en la práctica clínica. Tienen dos formas típicas de presentación: malformaciones graves: producirán clínica severa y que puede poner en peligro la vida del neonato desde las primeras horas de vida, o malformaciones leves: que pueden pasar desapercibidas en la exploración inicial y dar una clínica crónica durante los primeros años de vida. Hoy os hablaré sobre una anomalía congénita denominada atresia esofágica. Para que conozcáis un poco más sobre esta patología en primer lugar os comento que es congénita, por lo que ocurre antes del nacimiento y existen varios tipos.
En la mayoría de los casos, la parte superior del esófago termina y no se conecta con su parte inferior ni con el estómago. La mayoría de los bebés con esta patología tienen otro defecto llamado fistula traqueoesofágica, una conexión anormal entre el esófago y la tráquea.
Además, los bebés con ambas características, a menudo tienen traqueomalacia, una debilidad y flacidez de las paredes de la tráquea, lo que puede causar que la respiración suene aguda o ruidosa. Algunos bebés tienen asociados otros defectos también, con mayor frecuencia defectos cardíacos. La atresia esofágica con frecuencia se presenta con otro defecto de nacimiento llamado fístula traqueoesofágica, en el que una parte del esófago está conectada con la tráquea. Se trata de un defecto por el cual el bebé no puede pasar alimentos de la boca al estómago y a veces tiene dificultad para respirar. Es un trastorno digestivo en el cual el esófago no se desarrolla apropiadamente. El esófago recordemos, es el tubo que normalmente lleva el alimento desde la boca hasta el estómago.
El diagnóstico de una atresia de esófago ocurre casi siempre de forma posnatal, aunque a veces se puede detectar durante el embarazo en las exploraciones que se llevan a cabo y siempre que se haga de forma rigurosa, sino ocurre así, el diagnóstico será tras el nacimiento y se observará más tarde que el bebé presenta hipersalivación entre otras características.
Una vez que la atresia esofágica se ha diagnosticado, es necesario hacer una operación para conectar los dos extremos del esófago y que el bebé pueda respirar y alimentarse adecuadamente. Quizás sean necesarias varias operaciones y otros procedimientos o medicinas, especialmente si el esófago reparado se vuelve demasiado angosto para que los alimentos pasen a través de él; si los músculos del esófago no funcionan lo suficientemente bien como para mover la comida hacia el estómago; o si los alimentos digeridos regresan al esófago constantemente. Aquí comienza un trabajo multidisciplinar en el que el logopeda vuelve a tener un papel muy importante en el tratamiento y evolución de estos casos. Es muy importante contar en unidades de neonatos en los centros hospitalarios con logopedas especializados para que la intervención sea segura y eficaz, ya que estamos ante un proceso afectado que es esencial para la vida de estos pequeños.
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