En esta entrega vamos a continuar con la saga de artículos sobre el hogar domótico y la iluminación inteligente. Existen multitud de opciones y enfoques sobre cómo conseguir esto y dotar de inteligencia a nuestra casa. En el anterior artículo sobre este tema, vimos cómo realizarlo mediante bombillas inteligentes, que se podría considerar la opción más económica. En el artículo de hoy veremos opciones que siguen siendo económicas, pero desde un enfoque completamente distinto.
¿Pero de esto no hablamos ya?
Sí, tienes razón. De iluminación inteligente ya hemos hablado, pero como hemos avanzado en la entradilla, esta vez vamos a acercarnos al problema de la iluminación inteligente desde otra perspectiva. En lugar de tener la inteligencia en las bombillas, vamos a mover dicha inteligencia a los interruptores. Puede parecer que no hay mucha diferencia, pero es un cambio de filosofía y vamos a ver qué ventajas y qué inconvenientes tiene este método.
Estos interruptores pueden conectarse con nuestro hogar domótico de múltiples formas. Lo más sencillo es utilizar algún protocolo inalámbrico, como los que ya habíamos visto: Bluetooth, WiFi, Zigbee o Z-Wave. Pero también los hay con conexión cableada, ya que nos evitamos problemas de interferencias.
Ventajas
La ventaja más grande de este enfoque coincide con la desventaja más grande de las bombillas inteligentes: los interruptores de pared. Por inercia, ya que lo hemos venido haciendo durante muchísimos años, al entrar en una habitación le damos al interruptor. Esto es un problema enorme cuando usamos bombillas inteligentes, ya que, si las apagamos desde el interruptor, no podemos volver a encenderlas de forma “inteligente”, ya que no tienen electricidad.
Si, por el contrario, la inteligencia radica en los interruptores, esto no será un problema. Podemos utilizarlos de forma manual, tal y como venimos haciendo desde siempre, y además, podemos operarlos de forma remota. Se pueden integrar en la gran mayoría de los sistemas domóticos, como Philips Hue, IKEA Tradfri, Home Assistant, e incluso utilizar comandos de voz con Alexa, Google Assistant o Siri.
Instalación
El mayor inconveniente que tiene esta manera de conseguir nuestro hogar domótico es la instalación. Si recordamos el caso de las bombillas inteligentes, la única instalación que había que hacer era reemplazar nuestras bombillas “tontas” por las nuevas más avanzadas. Ahora, al tener que cambiar los interruptores, requiere algo más de conocimiento, ya que hay que trabajar con conexiones eléctricas. Aquí quiero hacer un hincapié, ya que, si no estamos acostumbrados a este tipo de trabajo, es mejor que lo dejemos en manos de un profesional.
En las instalaciones eléctricas, cuando encendemos o apagamos una bombilla, lo que hacemos es abrir o cerrar el circuito eléctrico por el cable de fase. Ya que el interruptor en sí no realiza ningún consumo de corriente eléctrica, no necesita un cable neutro de “retorno”. Este retorno se realiza siempre a través de la bombilla. Ahora bien, cuando queremos disponer de interruptores inteligentes, estos sí que efectúan un consumo de corriente, por lo que necesitaremos un cable neutro en dicho punto. Normalmente no es así, y necesitaremos que un profesional haga la instalación.
Por otro lado, hay algunos interruptores inteligentes que no necesitan ese cable neutro, pero tenemos que instalar un condensador en paralelo con la bombilla, ya que siempre habrá algo de electricidad recorriendo todo el circuito. Es posible que la lámpara se encuentre iluminada, aunque sea mínimamente, en todo momento, si no ponemos dicho condensador.
Conclusiones
Como comentábamos en el artículo anterior, el sistema que hemos elegido para casa ha sido el de bombillas inteligentes, ya que requiere menos instalación. Tras unos meses de uso, la familia casi se ha acostumbrado a no usar los interruptores de la pared, pero cada vez que tenemos visita siempre es un poco lío. Hay cierta curva de aprendizaje que, con los interruptores inteligentes desaparece, al poder operar las luces de forma normal.
Quizá si volviese a hacer todo el proceso en un piso que no fuese de alquiler, me animaría a poner todos los interruptores inteligentes, o quizá, ir hacia un sistema completamente domótico, como KNX, que veremos en el artículo próximo.
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