En el artículo de este mes vamos a tratar de potencia. Y no, no estamos hablando de la típica potencia de un ordenador o móvil, que es, al fin y al cabo, una medida de la velocidad o capacidad de proceso que posee. Estamos hablando de potencia eléctrica, de voltios y de amperios. Que en el mundo conectado en el que vivimos no hay peor pesadilla que quedarnos sin batería. Hablaremos un poco de qué tipo de cargadores podemos encontrar en el mercado, y todos los trucos para cargar más eficientemente nuestro teléfono.
Cargadores
El primer elemento de la cadena y al que todo el mundo presta atención. Convierten la energía alterna de la red eléctrica en un voltaje adecuado para la carga por USB, que son 5 V. Dependiendo del tipo de cargador que tengamos, soportarán hasta una determinada corriente. Antiguamente, los cargadores venían con su propio cable formando una única entidad. Sin embargo, ahora lo más normal es que venga el cargador por un lado y el cable por otro.
Los podemos dividir en dos grandes grupos:
- Carga normal. Son cargadores de toda la vida, no utilizan ningún truco para acelerar el proceso de carga, excepto usar la mayor corriente que el sistema soporte. Hay que tener en cuenta que por casa tenemos muchos de ellos, que son ya algo antiguos y tienen corrientes de carga muy bajas, del orden de 500-600 mA. Lo ideal sería que soportase al menos 2 amperios, con lo que nos acercamos al punto óptimo de carga.
- Carga rápida. La última tecnología en cargadores, ya que permiten cargar nuestros dispositivos en un tiempo muy reducido en comparación con los anteriores. Usan trucos como aumentar la tensión o la corriente por encima de los límites del estándar USB para permitir tal velocidad de carga. Es una combinación de hardware y software que se tiene que dar para poder habilitarlo, ya que, en caso contrario, puede ser peligroso. No todos los teléfonos disponen de esta carga rápida, y los que la poseen, es propietaria. Esto significa que no todos los cargadores son compatibles con todos los terminales.
En cualquier caso, la recomendación más sensata es seguir usando el cargador que venía con nuestro teléfono, ya que estará pensado para optimizar la carga de este. No por comprar un cargador que soporte más corriente, vamos a cargarlo más rápido. En los procesos de carga rápida hay una comunicación entre el cargador y el terminal para determinar el punto óptimo de carga.
Por el contrario, si deseamos tener un cargador de otra marca, por ejemplo, para tener más de una salida de USB a la vez, tenemos que acudir a marcas que sean de calidad. En muchas ocasiones, nos ofrecen una corriente de carta elevada, pero a repartir entre todas las salidas, por lo que hay que asegurarse que la corriente total máxima, es adecuada para la cantidad de dispositivos que queremos cargar simultáneamente. Asimismo, en este tipo de cargadores también es posible ver que soporta algún tipo de carga rápida, por lo que tendremos que asegurarnos que es la adecuada para nuestro teléfono.
Cables
Una vez que tenemos claro qué tipo de cargador tenemos que usar, vayamos al punto de los cables. Estos son, sin duda los elementos más ignorados de toda la cadena, ya que los vemos como un mero vehículo para conectar el punto A en el cargador, con el punto B en nuestro dispositivo.
Sin embargo, hay un mundo de distintas posibilidades que debemos tener en cuenta a la hora de elegir un cable USB. La más importante, sin duda, es cómo está construido. Un cable USB está compuesto por una serie de cables interiores, que llevan datos y carga a los dispositivos. Si bien los cables interiores de datos no son tan relevantes a la hora de la potencia por su pequeña corriente, los cables de carga han de satisfacer una serie de características.
Lo normal en un cable de calidad, es que estos pares de carga sean de un diámetro mayor a los pares de datos. Esto permite que la resistencia que ofrece el cable sea menor y por tanto mayor la corriente que permita pasar. Esto se traduce en una mayor velocidad de carga.
Así pues, si nuestro cable USB es uno comprado en tiendas de dudosa reputación, es muy probable que el diámetro de los cables internos sea el mínimo, ofreciendo una resistencia más alta al paso de la corriente. Esto quiere decir, que mientras más largo sea un cable de calidad baja, peor será la velocidad de carga.
Sin embargo, si nuestro cable es de alta calidad, y los cables internos del tamaño apropiado, la longitud del cable no va a presentar una dramática variación en la velocidad de carga. Así, podremos disfrutar, con límites, de un cable más largo sin renunciar a una carga rápida.
Conclusiones
Espero que, tras este artículo, el tema de la potencia a la hora de cargar nuestros dispositivos esté un poco más clara. Las conclusiones más claras que podemos extraer de toda la información aquí comunicada serían:
- Usar los cargadores y cables que venían con el teléfono, ya que están testeados para soportar el nivel máximo de carga que ofrece el terminal. Si esto no fuera posible, o queremos disponer de más puntos de carga, usar cables de calidad y de fabricantes fiables.
- Si usamos cables de buena calidad, la longitud de estos no ofrece una pérdida sustancial de la capacidad de carga. Si no estamos seguros de la calidad de estos, usaremos los cables más cortos que podamos.
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