Todas las transformaciones sociales que estamos viviendo, afectan a la vida cotidiana de los niños, encontramos cómo sus vidas ya no giran en torno a la familia y la escuela, sino que son influenciados por las nuevas tecnologías y una pérdida de sumisión y respeto hacia cualquier órgano de autoridad, implicando esto un cambio en sus actitudes, que afectan notablemente a la convivencia escolar. El comienzo de la etapa escolar en los niños, supone un cambio psicológico a través de las primeras relaciones sociales de los menores. Lleno de experiencias y aprendizajes, a partir de los seis años y evolucionando hasta la adolescencia, por ello la adaptación escolar y social está íntimamente relacionada, siendo objetivo de la educación primaria no sólo el logro académico sino el social.
La escuela adquiere el compromiso con estos niños, de educarlos tanto cultural como socialmente, lo cual nos lleva a pensar si está suficientemente preparada o si tiene el apoyo necesario del estado en esta multiculturalidad que vivimos. La escuela, en muchas ocasiones en lugar de enriquecerse de lo que nos pueden aportar distintas culturas, soporta muchas necesidades básicas para su desarrollo óptimo, como puede ser la necesidad de profesorado u personal cualificado suficiente, para la atención a los niños, distintos y únicos cada uno, con problemas de cualquier tipo. Educar en una sociedad diversa es bastante complicado, propiciar la existencia de relaciones entre iguales aunque sean de distintas culturas, evitaría desigualdades, hay que articular el derecho a la igualdad de recibir con las singularidades de cada uno.
El mensaje esencial al transmitir tanto en la educación familiar como en la escolar, debe ser la de evitar comportamientos que consideramos degradantes y construir en libertad la propia vida sobre buenos valores y orientar un proyecto de vida que deseamos para nuestros hijos. Por ello la educación, no podemos los padres dejarla tan sólo en manos de las instituciones educativas, sino colaborar en el proceso de aprendizaje de nuestros hijos y en el seguimiento de su comportamiento social con sus grupos de iguales. En esta nueva escuela inclusiva que disfrutamos, los niños aprenden a convivir con toda clase de culturas distintas, conocen la participación en clase tanto con compañeros con minusvalías, como con personas que vienen de otros países y entienden otras costumbres y creencias distintas a las suyas. Deben conocer además en la escuela, a saber que deben cumplir normas de comportamiento, de horarios de deberes extraescolares, de colaboración en grupos de trabajo y de interactuar en su participación de la clase magistral del profesor. Este compromiso Educativo, que adquirimos todos, desde los padres, los educadores y el propio estado español en sí, no puede permitirse el manipular el conocimiento que deben recibir nuestros niños, ni desproteger a los más débiles por el simple hecho de ser unos diferentes a otros. El papel de la familia en el proceso del autoconcepto del niño es muy importante, puesto que son los que nos crean los primarios sentimientos de seguridad, autonomía y simpatía, animando a la predisposición a abrirse a compartir con los demás, en definitiva reconocer que la educación de hoy debe ser conformada por la unión entre el trabajo familiar y el colegio.
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