La acacia de hoja de sauce, también conocida como acacia de hoja azul (Acacia saligna) es un arbolito (fanerofito) de la subfamilia Mimosoideae (fam.Fabaceae), de hasta 10 m de altura, procedente del suroeste de Australia y Tasmania. Morfológicamente se caracteriza por sus hojas compuestas, pinnadas, pero sólo mientras son plántulas con pocas semanas, ya que posteriormente se reducen a la vez que se ensanchan los pecíolos convirtiéndose en filodios (láminas a modo de hojas) que adquieren la función clorofílica y que son de linear-lanceolados a lanceolados de hasta 30 cm de largo. Sus flores son llamativamente amarillas o anaranjadas, dispuestas en cabezuelas de 8-15 cm de diámetro, agrupadas en racimos axilares. El fruto es una legumbre aplanada, recta o curvada, constreñida entre las semillas. Las semillas elipsoidales, comprimidas, de color marrón oscuro.
Esta planta se ve con frecuencia en taludes de carreteras, cunetas, y, de manera puntual dunas, playas rocosas y ramblas, preferentemente sobre suelos calcáreos y arenosos, aunque también puede encontrarse en suelos más pesados. Florece desde (febrero) marzo a mayo. Sus semillas se dispersan por diseminación autócora, zoócora e hidrócora.
En cuanto a sus requerimientos ambientales, no soporta las heladas (lo que explica su tendencia litoral), ni la sombra densa, mientras que no le afectan los suelos salinizados y mientras que soporta los vientos fuertes, y la sequía, su tolerancia a las oscilaciones térmicas y al encharcamiento es baja.
Se importó para fijación de dunas y taludes (especialmente en obras viarias). Pero la mayoría de los ejemplares se emplean en el diseño de jardines (xerojardinería), tanto públicos como privados, si bien las plantaciones de carreteras parecen ser también un importante foco de propágulos en ambientes viarios y en ramblas.
Su carácter invasor proviene de su capacidad de rebrote, de rápido crecimiento y muy prolífica, y tiene cierto carácter pirófilo pues la germinación de las semillas puede verse favorecida por los incendios, aunque sin necesidad de ellos es de por sí muy abundante; las plántulas desarrollan rápidamente un profundo sistema radicular.
Su impacto es ecológico, pues crean una sombra densa, creando un horizonte de hojarasca sin descomponer que al parecer tienen un carácter alelopático pues inhibe la germinación de semillas de especies autóctonas.
En Andalucía se ha detectado en zonas el litoral de las provincias de Málaga a Almería, proliferando en zonas semiáridas o secas, invadiendo espacios naturales protegidos como los el Paraje Natural de los Acantilados de Maro-Cerro Gordo.
Para su control se emplean métodos mecánicos, consistentes en el descuaje o tala (seguida en este caso de aplicaciones localizadas de algún herbicida) de ejemplares adultos y arranque simultáneo de plántulas e individuos jóvenes (puede hacerse con el suelo húmedo para facilitar la extracción de la raíz). El nivel de control poblacional es bajo, a escala de rodal o parcela, de bajo a medio a escala local (implica eliminar los focos de cultivo) y alto a muy alto a escalas mayores. Todo ello pone de relieve la importancia de una actuación rápida, inmediata a la localización de la planta, antes de que formen poblaciones que hagan inviable su control. Por otra parte, es conveniente vigilar la zona erradicada en años posteriores, ya que las semillas dejadas por las plantas erradicadas podrían germinar y formar nuevas plantas. En estado de plantones su eliminación es muchísimo más fácil y efectivo.
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