El gandul, también conocido como tabaco loco, aciculito, calenturero, bobo, etc. (Nicotiana glauca), es un arbolito (fanerófito perennifolio) de la familia Solanaceae, originario de la región neotropical (Sudamérica), alcanzando hasta 7 m de altura. Tallos glabros. Hojas alternas, pecioladas, ovadas a lanceoladas (5-25 cm de longitud), cubiertas (al igual que las ramas) por un revestimiento de pruína que les otorga un aspecto blanco-azulado. Inflorescencias en panículas terminales. Flores de entre 3,5-4 cm de longitud; cáliz tubular, dividido en 5 lóbulos triangulares poco profundos y algo desiguales; pétalos amarillos, soldados en un tubo estrecho y largo, rematado en cinco lóbulos (que a veces presentan una tonalidad verdosa en el margen de los lóbulos), unas cuatro veces más largo que el cáliz. Fruto en cápsula ovoide o elipsoidal, cubierta por el cáliz persistente, dehiscente por 2- 4 valvas. Semillas muy abundantes, diminutas, de color negro, con la testa reticulada.
Esta planta es común en taludes, cunetas y bordes de caminos, ruinas y edificios antiguos, roquedos litorales, ramblas y áreas riparias litorales abiertas, bajo situaciones más o menos secas y habitualmente cerca del mar.
Florece de abril a octubre (hasta todo el año en las áreas litorales de invierno más cálido ). La reproducción es sexual. La diseminación es autócora, anemócora (posiblemente también ornitócora) e hidrócora, produciendo cientos de miles de semillas.
Curiosamente, esta planta es poco tolerante para ser invasora, ya que en principio parece que requiere ambientes cálidos y secos, lo que le restringe el área a la franja costera mediterránea. En efecto, no tolera las heladas ni las oscilaciones térmicas que se dan en el interior de la región. Tampoco soporta el encharcamiento y los terrenos salinos (pero sí atmósfera con aerosoles salinos del mar). En cambio, resiste bien la sequía y los vientos fuertes. Su frecuente brote en escombros ha hecho sospechar que podría tener cierta gipsofilia (apetencia por sustratos yesosos), pero es posible que sólo sea por su preferencia por lugares pedregosos.
Puede ser que esta planta se importara como ornamental, para jardines, pero no parece muy llamativa, por lo que es más probable que fuera introducida de forma accidental. En su lugar de origen se la conoce como palán-palán, usándose en curaciones y rituales. Se le atribuyen propiedades analgésicas, de modo que las hojas frescas se utilizaban para cataplasmas para el dolor de cabeza, dolores reumáticos, heridas y úlceras, así como baños de asiento para hemorroides. También se le ha señalado propiedades antifúngicas. Por su género presenta nicotina pero tiene más anabasina, un alcalaide relacionado que se ha usado como tabaco de mala calidad o mezclado con los de buena calidad. Sin embargo, es altamente tóxica para el hombre y para animales domésticos, a los que puede causar la muerte. También se ha empleado como cultivo energético, para crear biocombustibles.
Su carácter invasor está bien demostrado, aunque de momento restringido a zonas litorales. Su impacto debe ser de tipo ecológico, pues se supone cierta interferencia respecto al uso de los recursos hídricos disponibles por su alta tasa de transpiración, aunque por alguna razón no suele formar colonias y brota en zonas donde no lo hace normalmente las especies autóctonas, pero en algún caso podría competir por los recursos, pues se le ha visto coexistiendo con se ha observado coexistiendo con especies como Atriplex halimus, Ballota hirsuta, Dittrichia viscosa, Lavandu/a multifida, Piptatherum miliaceum, Psoralea bituminosa. También se le ha señalado un impacto social, por su facilidad para crecer en edificios antiguos o monumentos, donde sus robustas raíces podrían hacer daño al patrimonio. Su toxicidad también representa una amenaza para las personas (ej. ingesta accidental por niños) y el impacto podría ser económico si esta toxicidad afecta al ganado.
Como se ha comentado, actualmente esta especie se encuentra preferentemente en el litoral andaluz, tanto atlántico (Cádiz) como mediterráneo (Málaga, Granada y Almería), afectando a toda la costa de la Axarquía, incluido el Paraje Natural de los Acantilados de Maro-Cerro Gordo, y teniendo sus mayor representación en Almería, donde penetra al interior desde la costa por las ramblas.
Para su control se recomienda métodos físicos, como la tala y destaconado con maquinaria (retros, palas excavadoras, etc.); en caso de que no sea posible retirar totalmente el aparato radicular o de que no interese introducir maquinaria, también da buenos resultados la tala y posterior tratamiento de los tocones con herbicidas de contacto empleados para evitar el rebrote en leñosas. Las actuaciones de vigilancia y, en su caso, control , deben repetirse a lo largo de los años no solo para agotar el banco de semillas, sino para prevenir nuevas recolonizaciones procedentes de poblaciones de las inmediaciones del espacio. De tenerse en cuenta que los individuos suelen aparecer dispersos, y, frecuentemente, en situaciones inaccesibles, lo que dificulta aún más las labores de tratamiento. Por ello la dificultad sube a grado medio a escala de rodal o parcela, y de Alto a Extremo a escalas mayores.
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