La psicología es una ciencia que se encarga de estudiar cómo funciona el cerebro y también el comportamiento del ser humano. Realmente es fascinante descubrir la complejidad de la mente humana, y de cómo desde nuestros pensamientos se genera una forma de actuar determinada.
El psicólogo, además, intenta ayudar a las personas que sienten infelicidad para que puedan ser más felices, proporcionando herramientas y técnicas adecuadas para superar el malestar y los conflictos. Esto se hace de forma específica, estudiando cada caso y analizando todos los componentes personales, pero voy a proponerte algunas pautas a nivel general que espero puedan ayudarte si estás pasando por un mal momento a nivel emocional.
El primer paso es aprender a conocerte a ti mismo. Aunque creas que te conoces, realmente no es así. Existen muchas facetas de ti de las que no eres consciente y saber cómo funciona tu mente es la primera parte para avanzar. En muchas ocasiones el ser humano tiende a comportarse de cierta manera, y se repiten muchos patrones, pero a nivel personal, cada uno de nosotros poseemos un diálogo interno, propio, único. Esa forma de pensar y de enfocar la realidad es lo que hay que empezar a trabajar para empezar a sentirnos mejor. En este paso puede que necesites ayuda de un terapeuta que te haga consciente de los patrones mentales que te tienen estancado.
El segundo paso sería anotar todas aquellas emociones negativas que te hacen sentir mal y aquellas situaciones que te causan malestar. Tristeza, ira, rabia…detectar esas emociones y luego anotar en qué situaciones las sientes. Un conflicto familiar o con un compañero de trabajo, una sensación de vacío e insatisfacción personal, problemas de pareja…
Anota por orden de importancia para ti todas esas emociones y las situaciones que las generan. Identificar lo negativo hará que nos enfoquemos en ir progresando.
Cuando ya tenemos una lista de aquello que nos hace sentir mal podemos ponernos manos a la obra. Elegimos de nuestra lista lo que queramos solucionar o mejorar en primer lugar y proponemos todas las soluciones posibles que se nos ocurran, aunque algunas no sean de nuestro total agrado a priori. Analizamos la situación de la forma más objetiva posible. ¿Puede que nuestra visión del problema esté distorsionada? La mayoría de las veces, nuestra interpretación de la realidad y de lo que creemos que los demás piensan nos entorpece a la hora de solucionar conflictos. Personalizamos demasiado, nuestro ego puede que se convierta en nuestro enemigo. “Mis amigos me dan de lado”, “mi suegra no me soporta”, “mi jefe es un insensible y no me entiende”… ¿cuánto hay de realidad objetiva y cuánto de interpretación personal? ¿Qué puedo hacer para mejorar esa situación? A veces estamos tan atascados a nivel emocional que no sabemos cómo salir de un gran malestar. Tantas y tantas veces me habla gente de sus problemas, de sus conflictos con otras personas, de las injusticias que sienten hacia su persona y de las ganas que tienen de querer solucionar esos problemas. Pero la gran mayoría de las veces, me doy cuenta de que realmente se están desahogando pero no quieren eliminar esos conflictos. Lo sé, porque para avanzar hacia el equilibrio personal necesitamos hacer alguna concesión y no poner en los demás todo el peso de nuestra solución o nuestra mejora. Trabajando en nosotros mismos podemos conseguir un porcentaje de éxito mucho mayor que si esperamos que los demás hagan lo que creemos que deberían hacer, ya que ni todos pensamos igual, ni interpretamos la realidad de igual forma, ni estamos en el mismo “escalón emocional”, ni todos mostramos el afecto de la misma manera.
Mi último consejo sería que simplifiques tu vida. No le des demasiadas vueltas a las cosas, disfruta de la vida, no te distraigas. Piensa en un objetivo o varios para tu vida, ¿qué te haría realmente feliz? ¿cuál es tu propósito?. Puede ser algo complejo o algo tremendamente sencillo, desde ser un médico que salve vidas hasta salir a pasear ver el mar y disfrutar del paisaje. Tu propósito de vida lo decidirás tú. Intenta quitarte conflictos y problemas en tu día a día. Un conflicto significa menor calidad de vida. Verás que con cada problema o conflicto eliminado empezarás a sentirte más liviano, más equilibrado. Si piensas que todo esto es demasiado complejo y frustrante, no te desanimes. Busca ayuda profesional. Seguro que no necesitarás mucho tiempo en el que descubrirás cómo eres, cómo funciona tu mente y cómo conseguir un mayor equilibrio psicológico y emocional.
Es posible vivir sintiéndote en paz y en equilibrio. Aparecerán obstáculos y problemas, a todos nos ocurre, pero la forma de gestionarlos es determinante para tener una buena vida o una vida menos buena.
“Sólo cuando realmente has tenido suficiente sufrimiento en tu vida, puedes decir…ya no quiero seguir viviendo así”
Eckhart Tolle, guía espiritual y escritor alemán.
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