Cuando se autoriza la alimentación por vía oral de un paciente con disfagia, el equipo de manejo de disfagia debe establecer las medidas terapéuticas en forma personalizada con el fin de minimizar el riesgo de aspiración alimentaria. La disfagia es una incapacidad para deglutir correctamente bien sea en texturas sólidas, semisólidas o líquidas. Muchas patologías (incluyendo el ya famoso COVID) tales como demencias, ictus, intervenciones quirúrgicas etc. Hacen que los pacientes tengan un diagnóstico de disfagia que los logopedas podemos corregir con ayuda de otros profesionales. Es importantísimo como se ha reivindicado en numerosas ocasiones desde nuestro colegio profesional y el colectivo en general la figura de más logopedas en centros sanitarios para poder trabajar con estos pacientes y actuar a tiempo no solo con medidas paliativas sino preventivas, que son más importantes si cabe. La rehabilitación logopédica de la deglución se divide en:
- Cambios posturales
- Cambios en la consistencia de la dieta
- Cambios en los volúmenes de los bolos alimenticios.
Todo ello a través de tratamiento indirecto y tratamiento directo. En algunos casos puede ser necesario el uso de dispositivos que faciliten la alimentación, como cucharas de goma, pocillos hondos, vasos que prevengan el derrame de líquidos, etc. Las maniobras de deglución consisten en combinaciones de cambios posturales, ejercicios musculares y técnicas respiratorias que permiten realizar una deglución más segura al compensar las alteraciones presentes en el proceso. La meta que se persigue en todo paciente con disfagia es lograr recuperar una alimentación exclusiva, o al menos parcial, por vía oral. Es fundamental el entrenamiento de familiares y cuidadores sobre las técnicas a incorporar durante la alimentación del paciente, para así mantener controlado el riesgo de eventos aspirativos. Debemos tener en cuenta una serie de consejos de alimentación como consistencia de sólidos y líquidos, posición de la cabeza y del cuerpo, menos cantidad y más masticación, necesidad de ayuda y/o supervisión, etc.
Tradicionalmente la rehabilitación de la disfagia se ha orientado hacia la adaptación de volúmenes, texturas y estrategias posturales que facilitaran el tránsito del bolo alimentario sin aspiraciones. Sin embargo, la bibliografía indica que, para mejorar la seguridad en la deglución, la rehabilitación debe basarse en la reconstrucción de los esfínteres afectados: bucal, velofaríngeo, glótico y esofágico. La valoración instrumental y funcional de la deglución son imprescindibles para confirmar el diagnóstico y la posterior implicación de la familia para un correcto conocimiento de las estructuras anatómico-funcionales y la correcta aplicación de las pautas para mejorar la ingesta.
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