En una serie anterior titulada “Las plantas invasoras de la Axarquía”, publicada en esta misma revista, nos referíamos, como su título indica, únicamente a aquellas plantas que, siendo originarias de otro país y continente, han alcanzado, de forma autónoma o, más frecuentemente con la ayuda del ser humano, el territorio de esta comarca, asentándose perfectamente a las, para ellas, nuevas condiciones ambientales que presenta este lugar. Obvio es decir que lo que llamamos animales invasores cumplen también esta definición: son especies exóticas (proceden de otro país más o menos lejano, frecuentemente otro continente) y al llegar a nuestro territorio, se han aclimatado perfectamente a nuestro medio ambiente, hasta el punto de que llegan a competir con las especies autóctonas que tenemos aquí, y frecuentemente desplazándolas.
No todas las especies exóticas que llegan a nuestra comarca pueden ser consideradas como “invasoras”. De hecho, en otra serie posterior, tendremos ocasión de mostrar que en nuestra comarca hay muchas especies exóticas que no son invasoras, porque, siendo exóticas, sin embargo no se comportan como invasoras, se quedan relegadas a los hábitats artificiales o creados por el ser humano, como las casas, los jardines o los cultivos, que si bien pueden ocasionar algunos daños, no llegan a invadir los hábitats naturales y por lo tanto no alteran de ningún modo los ecosistemas naturales en los que viven nuestras especies autóctonas. Hay muchos ejemplos, como la “cochinilla de la chumbera”, que es un insecto que se alimenta de las pencas de las chumberas, pero se queda en ellas y no invade ninguna otra especie: es exótica pero no invasora.
Cosa diferente son las especies invasoras, que son especies exóticas que tienen capacidad para “invadir” (de ahí su nombre) sistemas naturales, creando problemas diversos. Por ejemplo, el galápago de Florida en un bonito galápago que se venía en las tiendas de animales porque la gente lo compraba como mascota. Estas mascotas no son como otras, acaban creando molestias y finalmente la gente que lo compró decide deshacerse de ella, y para no “hacerles daño” las arroja a un arroyo o a una fuente. Si en ese arroyo o fuente había previamente galápagos leprosos (que son los galápagos autóctonos que hay en la Axarquía) pronto aparecen los problemas. Por ejemplo, los galápagos, como animales de sangre fría, necesitan salir del agua y, sobre una piedra de la orilla, se solean, para calentarse con el sol. Esta operación es fundamental, porque si no lo hacen no tienen fuerzas para, comer, reproducirse, huir, etc. Pues bien, se ha demostrado que el galápago de Florida tiene más capacidad para colocarse en las piedras para solearse, desplazando al galápago leproso (el autóctono). Al final, esta competencia, perjudica a una especie autóctona de nuestro territorio, porque esa especie exótica tiene más capacidad para hacer esta función.
El inventario de animales exóticos invasores presentes en la comarca de la Axarquía es una empresa siempre abierta, como lo es en cualquier territorio, pero aún más en este lugar, con un ambiente tan apropiado para especies de otros continentes, como se ha visto con la flora. En el momento de redactar estas líneas, hacía un para de años que citamos al mosquito tigre (Aedes albopictus) en Vélez-Málaga, hace un mes que citamos por primera vez al cangrejo rojo (Procambarus clarckii) en Maro y río Vélez y en estos momentos acabamos de encontrar la hormiga loca (Paratrechina longicornis) en Vélez-Málaga y el cangrejo araña (Percnon gibbesi) en Torrox. Solo ha sido necesario que estuviéramos algo más atentos a esta fauna exótica que posiblemente llevara más tiempo en este territorio, pero que quedaba oculta por otra miradas dirigidas a otros seres vivos que interesaban más en aquellos momentos.
Hemos contabilizado un total de 27 especies de animales invasores en la Axarquía, presentes de forma permanente o puntual, 14 invertebrados y 13 vertebrados. Hemos incluido un caso (la araña roja Dysdera crocata) que siendo nativa en España (incluida la Axarquía) es invasora en otros países y regiones españolas, como Canarias. Otras especies, como los roedores, son especies invasoras establecidas desde hace siglos y ya forman parte de la fauna y los ecosistemas autóctonos.
Las especies exóticas invasoras proceden, por definición, de países más o menos lejanos. Para delimitar las características de la fauna invasora de la Axarquía, es relevante, pues, conocer el perfil de los países o regiones de procedencia. Tomando como referencia las llamadas regiones zoogeográficas del mundo, en el gráfico de la Fig.1 se puede apreciar que una cantidad importante de la fauna invasora de la Axarquía (8: 29,6%) procede de la región Neártica (Norteamérica), seguida de la región Oriental (Asia) (6: 22,2%) y la región Etiópica (Africa) (3: 11,1%), y en menor medida la región Neártica (2: 7,4%). El resto de la fauna muestra una notable diversidad de regiones con una sola especie en cada caso: Paleotropical (Africa-Asia meridional), Holártica (Norteamérica y Europa), Paleártica occidental (Europa), Neártica y Neotropical (América), Mediterránea oriental (Oriente próximo) y Australiana (Nueva Zelanda). Este reparto se puede observar más fácilmente si contemplamos el origen continental (Fig.2). Con este enfoque se advierte que gran parte de la fauna invasora de la Axarquía (41%) procede de América (entre norte y sur), siguiéndole Asia (22%), y en menor medida Europa (15%) y Africa (11%). Este reparto nos indica que la fauna invasora está integrada por especies de origen lejano, generalmente en climas cálidos, aunque también hay especies de otras procedencias.
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