De nombre científico Psittacula krameri, la cotorra de Kramer, también llamada “cotorrita de collar”, por la línea negra del cuello del macho, es un Ave Psittaciforme de la familia Psittaculidae, de tamaño mediano (longitud 40 cm), plumaje verde-amarillento, cola muy larga y afilada de color verde más oscuro, pico corto y ganchudo, con la mandíbula superior de color rojo intenso y la inferior negra, envergadura alar amplia (50 cm). Los machos adultos presentan un delgado collar rosáceo hacia la nuca y oscuro bajo el pico. La hembra no tiene la línea negra en la cara y la banda rosada en el pico, que exhibe el macho. Los juveniles son como la hembra pero con el pico rosa pálido, apareciendo el plumaje adulto a los 18 meses y completándose a los 32 meses. Se le conocen varias subespecies separadas geográficamente, de las que en España son las asiáticas: la P. krameri borealis y la P. krameri manillensis), de las que se conocen híbridos. En Canarias podría estar la subespecie P. krameri krameri. Se han obtenido mutaciones de color azulado y amarillento.
Habitat. Especie muy adaptable, siempre que se cumplan dos condiciones: que el clima no sea muy continental (prefiere la suavidad del clima mediterráneo) y que existan suficientes árboles con huecos para anidar. Estos factores explican que la especie no se extienda hacia centroeuropa y que no esté presente en todo el área mediterránea. En los lugares de reciente colonización se instala en parques, jardines y campos de golf, así como en las cercanías de cultivos. En España se la ha citado nidificando en árboles tales como los plátanos de paseo, álamos blancos, etc., con preferencia en las áreas urbanas Se alimenta de una gran variedad de frutos y semillas, tanto silvestres como de plantas ornamentales. Muy gregaria fuera de la época de cría, llegando a formar grupos de decenas de individuos. En la época de cría es solitaria y territorial, nidificando en agujeros de los árboles o en edificios, a gran altura del suelo.
Origen y distribución. Ave originaria del África subsahariana (subespecies krameri y parvirostris) y el sur de Asia (subespecies borealis y manillensis). Ha sido comercializada como ave de jaula o mascota, lo que ha propiciado su expansión debido a continuos escapes o sueltas deliberadas. Actualmente es la psitácida más ampliamente distribuida en Europa, África y Asia. En España se introdujo en los años 1980, detectándose por primera vez en Málaga y rápidamente quedó bien establecida en Andalucía y en 1996 llegó a las islas Baleares, con núcleos reproductores a lo largo de la costa mediterranea y la comunidad de Madrid, con tendencia de expansión por el interior peninsular. En Andalucía se encuentra principalmente en la provincia de Sevilla, pero se tiene constancia de una población estable en El Palo (Málaga) y observaciones puntuales en Vélez-Málaga y sus alrededores desde hace varios años.
Carácter invasor. Menos frecuente que la cotorra argentina, pero su población ha aumentado mucho en los últimos años, aunque no al ritmo que lo ha hecho la cotorra argentina, e incluso actualmente se observa cierto estancamiento. En 2015 se estimó una población de 3.000 ejemplares en España, pero se estima que la población puede duplicarse cada 5 años. Entre los efectos negativos provocados en los medios que frecuentan se cuentan: competencia trófica con especies locales, desplazamiento de especies de aves autóctonas de sus nidos, ocupación de nidos potenciales de abubilla (Upupa epops) y pájaros carpinteros (Dendrocopus sp.), también algunos murciélagos, como el nóctulo gigante (Nyctalus lasiopterus) y también daños a cultivos de frutales. También produce molestias por el ruido de sus graznidos y gritos característicos. Como sucede con otras aves exóticas, su control es complicado. En algunos lugares, como la Comunidad Autónoma de Madrid, se ha dado permiso para acabar con ellas mediante caza y la legislación prohíbe la tenencia y comercialización de esta especie en los periodos hábiles de caza.
Deja una respuesta