Nos detenemos en esta entrega en los bastones para el senderismo, herramientas que nos van a ayudar en el desarrollo de nuestra actividad en la naturaleza.
Como casi todo en la vida, hay defensores y detractores de su uso. Pero para apuntarse a uno de estos equipos, lo mejor es probarlos. A mi personalmente me encantan, siempre y cuando el terreno lo permita. Lejos quedan ya aquellas postales del senderista con un palo en sus manos, pero no creáis que han desaparecido del todo.
Como herramientas, debemos conocer sus elementos básicos y posteriormente detallaremos los beneficios y los inconvenientes que pueden aportar en nuestras salidas, así como explicar cual es su uso correcto.
Empecemos por describir sus partes:
- Empuñadura. Es la parte superior del bastón y donde colocamos las manos para agarrarlo. Su composición oscila desde el plástico (mejor no), cauchos, espuma EVA, piel hasta el corcho y su forma suele ser anatómica y diseñado para que facilite la transpiración de nuestras manos y el agarre máximo. En el mercado hay bastones con doble empuñadura (agarre vertical y horizontal) y otros incluso con doble empuñadura que se extiende sobre parte del tubo.
- Dragonera. Con este nombre definimos a las cintas que van unidas a la empuñadura y se atan a las muñecas. Deben ser anchas, suaves y graduables y su función es doble, tanto evitar que se nos extravíen los bastones como distribuir el peso en las muñecas y evitar sobrecargas en los antebrazos.
- Tubo o cuerpo. Es la parte central. Suele estar constituido por varios segmentos que nos permiten modificar la longitud del bastón, para adaptarlos a las condiciones de nuestra marcha. El material predominante suele ser el aluminio, pero también los hay de fibra de carbono y de titanio mucho más ligeros y caros todo sea dicho. Los sistemas habituales de bloqueo y extensión pueden ser internos (a rosca) o externos (mordaza), que se aplican sobre los segmentos individualizados.
- Mecanismo anti-shock. Con este mecanismo opcional, y como podemos intuir, se reducen las vibraciones trasmitidas desde el suelo hasta nuestro cuerpo, disminuyendo así el riesgo de lesiones. Actúa como un pequeño amortiguador.
- Roseta o canasta. Especie de arandelas dentadas o coronas circulares que van colocadas en la parte inferior y evitan que se hundan en demasía en terrenos blandos, como pudiesen ser la nieve o el barro. De diámetro variable en función de su uso. Su colocación suele ser por presión o roscada.
- Regatón. Es el segmento final del bastón más cercano al suelo, por debajo de la roseta. Se fabrica normalmente de plástico muy resistente. Se puede sustituir porque se suele deteriorar.
- Punta. Interactúa con el suelo y contacta con el terreno. Suele estar hecho de material muy resistente, como el tungsteno/widia. A veces se colocan sobre ellas unos tacos de goma llamados conteras que evitan que resbalen los bastones por terrenos muy duros y amortiguan el impacto y las vibraciones.
Persigo la felicidad. Y la montaña responde a mi búsqueda. Chantal Maudit
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