En el capítulo anterior abordamos el caso de una potente plaga de la madera de nuestras viviendas, la llamada “carcoma”. En este nuevo episodio seguiremos con los escarabajos especializados en la madera, pero dejaremos los más grandes para detenernos en los más pequeños, conocidos como “barrenillos”, aunque también se les conoce como “carcoma de los muebles”, para diferenciarla de la carcoma de las vigas que vimos anteriormente. También atacan al papel. Los famosos “ratones de biblioteca” que se alude cuando se quiere referir a seres que viven permanentemente en las bibliotecas, no son ratones en realidad, sino barrenillos que se nutren de la celulosa del papel de los libros.
Hay varias especies de escarabajos (Coleópteros) especializados en la madera de los muebles de nuestras viviendas, pero sin duda el más corriente y más dañino es el barrenillo o carcoma común de los muebles (Anobium puntatum), aunque hay más especies con estas características. Estos insectos pertenecen a la familia Anobiidae, que agrupa escarabajos de entre 1,5 y 9 mm de longitud y son predominantemente marrones, pardo-rojizos o negruzcos.
El cuerpo es casi siempre cilíndrico, a veces redondeado y está recubierto por una abundante pubescencia. La cabeza está más o menos retraída y escondida bajo el pronoto; las antenas pueden ser filiformes, aserradas o pectinadas; los ojos son grandes. Las patas son delgadas y en algunos casos pueden plegarse y ocultarse en surcos en la parte inferior del cuerpo; los tarsos son pentámeros (con cinco artejos en todas las patas).
Los pequeños escarabajos adultos salen durante los meses de verano. Estos escarabajos, que viven solamente un par de semanas, pueden volar y frecuentemente se confunden con moscas pequeñas. Poco tiempo después de la salida se aparean y la hembra empieza a poner los huevos. Éstos no son nunca depositados sobre superficies lisas, sino en las grietas, en el extremo de una fibra o sobre madera no pulida, y con frecuencia en viejos agujeros. Invaden todo tipo de maderas de los hogares, no sólo vigas, sino también madera de la sillería, marcos de cuadros y ventanas, etc., especialmente el mobiliario viejo. Los huevos hacen eclosión al cabo de 3-4 semanas, y las diminutas larvas empiezan a roer inmediatamente hacia el interior de la madera, dejando partículas indigestas de madera en los túneles, en forma de bolitas oblongas de excrementos. A medida que crecen las larvas, el diámetro del túnel aumenta gradualmente. Las larvas no abandonan la madera y por consiguiente no pueden deambular de una parte del mueble a otra. Su actividad se detecta por los pequeños crujidos que forma la larva al morder la madera.
El desarrollo completo de la larva dura 2-3 o incluso más años, dependiendo de la temperatura, la humedad y el tipo de madera. La temperatura más favorable para el desarrollo de las larvas es de 22-23ºC, pero pueden vivir a temperaturas inferiores, y, en países del sur de Europa, incluso fuera de las casas. El contenido hídrico de la madera es importante para el bienestar de las larvas. Cuanto más húmeda mejor, siempre que la madera no esté completamente mojada por mucho tiempo. Frecuentemente aparecen por lo tanto graves ataques producidos por este escarabajo en las cocinas, bodegas, cobertizos y establos que suelen estar bastante húmedos. Esta especie no se desarrolla si la humedad del aire es constantemente inferior al 50% por lo que no sobrevivirá en el clima seco de un moderno edificio con calefacción central. Por otra parte, prefiere las maderas blandas, si bien pueden vivir prácticamente en todo tipo de maderas. Sin embargo, nunca llega a atacar al duramen sano, limitándose a la albura. Su capacidad para digerir la celulosa se atribuye a la presencia, en la pared de su intestino, de unas células especiales que descomponen la celulosa en azúcares digeribles y suministran a las larvas el suplemento necesario de vitaminas y nitrógeno.
Tras el desarrollo completo de la etapa larval, ésta elabora una cámara pupal, preparando un agujero circular cercano para que pueda emerger por él el adulto. En esta cámara, se desarrollará la etapa de pupa, que, al terminar el proceso de transformación, da lugar a un adulto (macho o hembra). Este imago, se abre paso desde el mueble infestado a través de agujeros circulares de diámetro mucho más pequeño que los que producen las carcomas, apenas el tamaño de una cabeza de alfiler. En su salida es cuando se vierte el comentado serrín fino de la madera.
El tratamiento de los barrenillos es complicado pero debe hacerse en invierno. Un sistema rápido es usar la congelación, que no daña los objetos tratados. Los muebles y demás elementos manejables se depositan en cámaras frigoríficas durante varios días. Las piezas pequeñas como esculturas se pueden introducir en arcones congeladores de uso doméstico, tomando la precaución de envolverlos en bolsas de plástico. Otra opción es el gas; algunos restauradores profesionales cuentan con cámaras especiales, herméticas, donde agrupan muebles, tapices y demás objetos frágiles y los someten a un gas o a privación de oxígeno, que erradica cualquier insecto. Sustancias a brocha o inyección existen en el mercado múltiples preparados líquidos, para ser aplicados a brocha o pistola en las zonas afectadas. No implican la muerte inmediata de la plaga, pero empapan la madera de un tóxico que matará las larvas cuando la mastiquen.
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