Hasta ahora, después de dedicar muchos capítulos a los insectos domésticos, nunca hemos aludido a las mariposas, científicamente denominadas Lepidópteros, nombre con el que se alude al hecho de que sus alas están cubiertas de escamas (lo que vulgarmente se le dice “polvillos”). En esta ocasión hablaremos de esas mariposas, muy diferentes de aquellas de lindos colores que visitan las flores de nuestras macetas o el jardín. En realidad son mariposas más pequeñas, de cuerpo relativamente más grueso, poco llamativas y de vuelo mucho más pesado. Son las polillas, que forman parte de las llamadas “mariposas nocturnas” por sus hábitos, y llamadas familiarmente “palomillas”. Curiosamente, estos insectos, a diferencia de otros vistos anteriormente, no causan ninguna repulsión, y son vistos con cierta simpatía. Pero esto es así porque no se sabe que las larvas de estas inocentes mariposas son voraces devastadoras de nuestras despensas.
Las polillas más corrientes en nuestras casas son dos especies: la polilla mediterránea o gris de la harina (Ephestia kuehniella) y la polilla india de la harina (Plodia interpunctella). Ambas polillas fueron importadas de la India en algún momento del siglo XIX, con el tráfico de productos alimenticios, principalmente harina y frutos secos, siendo actualmente cosmopolitas y relativamente frecuentes en los almacenes de alimentos, al igual que ocasionalmente en las casas. Ephestia kuehniella parece más especializada en productos cerealísticos, mientras que Plodia interpunctella lo es de frutos secos, pero ambas no pierden ocasión para invadir otra clase de alimentos. Hay otras polillas en nuestras viviendsa, como la polilla doméstica parda (Hofmanophila pseudospretella), más pequeña que las anteriores y al parecer es una plaga de tejidos.
Por su tamaño forma parte del grupo denominado Microlepidópteros y por sus costumbres forman parte del gran grupo de las llamadas “mariposas nocturnas” que se distinguen de las diurnas por tener el cuerpo más grueso y alas menos grandes y menos vistosas. Ambas especies se agrupan en la familia Pyralidae El adulto mide alrededor de 18 mm con las alas extendidas; Plodia interpunctella se distingue fácilmente de otras polillas porque el primer tercio de las alas anteriores es de color canela claro o ligeramente amarillento y los dos tercios restantes son de color café rojizo, mientras que las alas posteriores son de color blanquecino (de ahí que se le llame también polilla bandeada). En el caso de Ephestia kuehniella, es más monótona, la parte superior del ala anterior tiene una banda interior oblicua, irregular, moteada o rayada, sin banda pálida a lo largo del borde interior, y una banda exterior oscura.
Son insectos holometábolos, lo que significa que en su desarrollo realizan una metamorfosis completa con fases de huevo, larva, pupa e imago. Las polillas adultas tienen hábitos nocturnos por lo que las hembras grávidas revolotean buscando un lugar apropiado para hacer la puesta, generalmente harina o productos elaborados con harina (ej.fideos, macarrones), otros tipos de cereales y semillas, chocolate, frutos secos (almendras, nueces, cacao, etc.). En la puesta la hembra llega a poner unos 300 huevos. Al cabo de unos días, los huevos eclosionan dando lugar a larvas neonatas que, tras sucesivas mudas y alimentación, van adquiriendo un tamaño cada vez más grande. Es costumbre de estas orugas, a diferencia de las de otros grupos de insectos, de ir soltando un hilo de seda pegajoso, que va adhiriendo la harina, haciendo que forme grumos. En este proceso, la harina va adquiriendo un color pardo-grisáceo debido a sus excrementos, y va despidiendo un olor desagradable. Alcanzado el máximo tamaño de la larva, ésta asciende por la harina hasta la superficie y busca una grieta cercana (en las casas frecuentemente son los rincones de paredes y techo) en el cual hilan una envoltura sedosa o capullo de color blanco, en cuyo interior la larva adulta se convierte en pupa o crisálida, alcanzando unos 7 mm. En este estado puede pasar el invierno pero en las condiciones cálidas de una vivienda puede acelerar el proceso dando lugar en 2-3 semanas a una polilla adulta. El adulto es de vida corta; vive aproximadamente 14 días y no se alimenta de productos almacenados. En Plodia interpunctella se ha comprobado que a su temperatura óptima (23ºC) el desarrollo completo desde el huevo hasta el adulto se realiza en tan solo 35 días, mientras que el ciclo completo de Ephestia kuehniella, incluso en condiciones óptimas, es más largo, de 8-9 semanas.
Sin duda estos ataques estropean totalmente el alimento almacenado, pero en los molinos puede llegar ser más grave porque los hilos de seda pueden provocar un bloqueo de las tuberías, embudos y cribas, de tal modo que el proceso tenga que interrumpirse para una limpieza completa y posiblemente para un tratamiento con gases. En el hogar, sin embargo, bastará con eliminar los alimentos atacados y hacer una limpieza minuciosa por los alrededores de la infestación, especialmente las grietas y escondrijos donde puede estar la crisálida. También se han utilizado trampas no tóxicas, pegajosas, las cuales cortan el ciclo reproductor del insecto atrapando e inmovilizando a las polillas adultas.
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