A nuestras noches de zulo
Y quisiera llamarte,
con la voz encendida,
como un niño gritando al universo.
Romper el silencio de mi noche para llenarla con tu nombre,
porque tú la llenas incluso en ausencia de ti.
Quisiera romper la barrera de mis estúpidos miedos,
de la muerte a sorbos que bebo en la soledad de mi desgracia,
limpiar el alma purificándola con tu sudor,
con ese olor a mujer que eriza mi piel y aviva mi sentimiento.
Repetir cada noche el hundimiento de mis dedos en tu pelo y en tu piel y amarte, amarte tanto… que mis ojos queden abierto para contemplar cada milímetro de tu cara, tu boca, del firmamento de tu expresión y de tu carisma.
Quisiera decirte te amo mientras duermes, que solo el precioso testigo de tu cuerpo oiga mi dulce sentencia y se compadezca de mí porque sin darme cuenta… me convertí en eso: un pobre loco enamorado del corazón que me entregas.
Ven, que quiero regalarte mi corazón por entero,
ilusionar mi deseo de amanecer en tu cama,
romper la brisa temprana ,que acariando tu pelo,
gime en un grito certero anunciando la mañana.
Izar la bandera clara de la paz y de los besos,
nacer en tu vientre preso de las caricias que amas,
imaginar una vida con los ojitos abiertos
a tu lado ,sin complejos ,sin pedir a cambio nada.
Leer en tu lindos labios y en el lienzo de tu cuerpo,
el poema de otro tiempo de eternidad y de casa,
arrancar tu risa Santa con el arte y el gracejo,
lanzar un lance certero a tu esencia y a tu alma.
Embriagarme cada día con tu punto de tu locura,
saltar buscando la luna de tu mano y sin palabras,
traer la paz y la calma aunque no exista una cura,
envolver esa cintura que la lluvia me regala.
Oh, mi amor, ¿qué sabe nadie del amor que nos tenemos al llegar la madrugada?
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