Ya nos hemos acostumbrados en los últimos años a disfrutar de la presencia de uno de los nuestros en la selección nacional española de baloncesto en silla de ruedas. Y por segunda ocasión consecutiva, se convertía en paralímpico. Nos referimos al torreño Jesús Romero que además nos ha hecho disfrutar en la cita de Río de Janeiro en Brasil al traerse para su tierra toda una medalla de plata. Un deportista como la copa de un pino que ha sabido meterse en la élite de este deporte adaptado a base de trabajo y humildad, lo que siempre lo ha hecho grande. Además, tras salir de Vélez-Málaga en su día, probar suerte fuera en el desaparecido Polaris Murcia, y vivir además una experiencia única en el baloncesto profesional australiano, volvió a Vélez-Málaga, como siempre nos dijo, no sólo para recuperarse de una lesión sino además para crecer con el equipo de su tierra al que ayudó con un triple en el último suspiro a devolverlo a la máxima categoría. Aquí tiene a su familia, a su gente y su equipo de toda la vida, el Amivel.
A sus 32 años, inició su periplo de logros internacionales con aquel campeonato de Europa júnior sub-22 logrado en Adana (Turquía) con su mentor, el veleño Paco Aguilar como seleccionador entonces, en el 2008, junto a una generación conocida desde entonces como los júniors de oro y que conquistó después la plata en el Mundial Sub-23 en París (Francia). Después ha vivido también experiencias en europeos en Israel, Alemania o Gran Bretana, un mundial en Corea del Sur y la cita olímpica de Londres donde quedaba a las puertas de los puestos de honor. Esta vez los júniors de oro tomaron el relevo de otros jugadores históricos más veteranos y vaya si lo han hecho a lo grande con esta plata paralímpica en Río con muchos jugadores de aquel grupo júnior que seguíamos entonces en una web local, basketaxarquía, como un equipo más nuestro como júniors con los hermanos Pablo y Alejandro Zarzuela, Agustín Alejos o Jordi Ruiz con nuestro Jesús Romero en el equipo y Paco Aguilar en el staff técnico.
Un Paco Aguilar que no quiere personalmente tener protagonismo en el logro de aquel chaval al que conoció como maestro en el Custodio Puga de Torre del Mar. Un chico muy inquieto y con muchas ganas de participar del deporte y al que animó a progresar mejor en el deporte adaptado, merced a la espina bífida que le causó desde su nacimiento la parálisis en la formación de su pierna izquierda. Pronto se familiarizó con la silla y el balón de baloncesto para echar muchos ratos delante de las canastas, también en las pesas, para así complementar sus entrenamientos con su equipo Amivel y convertirse a la larga en uno de los grandes por méritos propios. Pero sin duda, parte de la conquista de la FEDDF también le corresponde a Paco.
Como decíamos, la constancia y el tesón han llevado a nuestro protagonista, Jesús Romero, a conseguir todas estas grandes metas. Su trabajo como conserje del pabellón municipal de Vélez-Málaga le permite estar muchas horas cerca de la cancha y que tenga su mente siempre focalizada en esos logros que poco a poco le han ido llegando. Los que lo conocemos, sabemos que no es una persona amiga de la fama y los medios. Todos los que antes no hacían caso de estos logros, tras cosechar un seguimiento en la final de 190.000 telespectadores a través de teledeporte, no han cesado de llamarlo para copar páginas enteras de diarios provinciales y locales, o minutos de radio o televisión. Ya más tranquilo en general tras esta vorágine, atiende también gustosamente la llamada de nuestra Revista TODO, y nos dice que, “más en frío, asimilando todo, te das cuenta que es muy importante lo que hemos conseguido en Río. Las numerosas felicitaciones, el apoyo y seguimiento de todo lo vivido allí, hace que te vayas dando cuenta de ello”.
Sin duda el deporte adaptado puede verse relanzado con este logro y el seguimiento que ha tenido a través de los medios a nivel de selección, le va le va a venir muy bien a este deporte a una de las ligas más competitivas a nivel mundial como la nuestra. Jesús nos asegura que todo ello ayudará a que se tenga “muy buena repercusión para nuestro deporte en tema de difusión este próximo año y, sobre todo, y más importante, en lo que es captación de nuevos patrocinadores que garanticen tener fondos para mantener una buena preparación y que se pueda seguir creciendo e igualarnos a otros países donde nos llevan años de ventaja”.
A nivel personal, lo tiene claro. No se le va a subir el ego con esta medalla y Jesús Romero va a seguir siendo el Jesús Romero de siempre. Su día a día dice, “no me va a cambiar tanto y no tengo intención alguna de cambiar hoy por hoy de equipo, ya que soy plenamente consciente de que no voy a vivir de este deporte. Además, antepongo mi calidad de vida aquí en Málaga y la estabilidad profesional que tanto me ha costado conseguir”.
Aunque también tiene claro que para seguir con su progreso a nivel personal y en futuras convocatorias en la selección es “consciente de que estar en un equipo puntero que luche por campeonato o que juega en Euroliga, ayuda más a la hora de estar en una lista definitiva de cada competición, pero yo con estar ahí ya me siento orgulloso, sabiendo siempre de dónde vengo, con trabajo y humildad, y eso ya es bastante motivación personal”.
Le faltan palabras para explicarnos lo que supone a nivel personal la consecución de esta medalla de plata en los Juegos Paralímpicos de Río de Janeiro en Brasil, la considera “la recompensa a toda una carrera prácticamente, ya que no es comparable con ningún otro éxito conseguido hasta ahora. Es un sueño que cualquier deportista tiene, estar en unos Juegos ya lo era. Pero ahora, llegar a jugar una final contra EEUU y disputarles el oro… Vivir esa sensación, la experiencia es la que me llevo. Por más que intente explicarla… ¡Es vivirlo!”, exclama.
Y es que Jesús lo cuenta con la ilusión del Jesusillo de toda la vida, convertido ahora en un Don Jesús. Una medalla de plata tras la que, echando la mirada atrás, hay muchas horas de trabajo. Y lo siento como el que se doctora en lo suyo. Piensa que toca ha “conseguido lo que perseguía. Desde mi casa, con todo el esfuerzo que ponía en ello, a veces, parecía algo muy lejano, pero que una vez que se consigue, sabe a gloria. Con la sensación ahora de tranquilidad de haber hecho bien el trabajo y que haga lo que haga, ya puedo decir que llegué a mi techo adonde hace tiempo creía imposible llegar. Todo a base de esfuerzo, sin que nadie me regalase nada, y por eso para mí es tan importante”.
Una experiencia que sin duda queda sellada muy dentro de sí, en un país en el que se ha sentido muy bien, y donde celebró un cumpleaños muy especial. “Ha sido genial, se han portado genial con nosotros y sin duda nos ayudaron a conseguir el éxito. Tuvimos una grandísima acogida antes y durante del torneo, sintiéndonos como en casa desde el primer día. Pasé un día de cumpleaños increíble, ganando a Holanda con un pabellón repleto con 14.000 personas, donde encima te cantaban cumpleaños feliz, con pancartas e incluso anunciándolo en el videomarcador. Pasé un poco de vergüenza, la verdad, por mi parte, pero sin duda fue inolvidable, con el regalo además de pasar a cuartos de final como líderes de grupo, dando miedo a las demás selecciones que no paraban de elogiarnos antes. Inédito para nosotros; así que, poco más se podía pedir”, comenta exultante.
El después inmediato de esta gran experiencia le está sobrepasando un poco y reconoce sentirse “algo desbordado por el recibimiento. Con numerosas entrevistas a la vuelta. Me paran por todos lados,… Algo a lo que no estoy acostumbrado pero que pronto volverá un poco más a la normalidad”.
Por eso, antes de acabar, quiere dejar un mensaje bien claro a los lectores de TODO. Que este logro “sirviese para que aquí vean el básket en silla como deporte de élite, sin más. Que no se le vean otras connotaciones y que se normalice en todos los aspectos. Si en parte he ayudado un poco a esto, me hará sentirme más orgulloso aún”.
Como orgullosos estamos todos sus paisanos de él. Un año más seguiremos disfrutando de su juego en la cancha de Vélez-Málaga con su Amivel; como siempre, igual de rápido, eléctrico en su finta, con buen tiro aunque disfrute más dando la asistencia, siendo líder en este aspecto en liga. Un lujo siempre decimos contar con un club en la élite de un deporte como es el caso de Amivel y, qué decir ahora, con un medallista paralímpico en sus filas que nació en Torre del Mar. Somos afortunados.
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