Tras el artículo anterior de los Bitcoins, muchos habéis mostrado interés sobre el tema, así que vamos a expandirlo un poco. Veremos cómo podemos comprar Bitcoins, como se almacenan, y que debemos hacer para que no tengamos ningún desafortunado incidente.
Banco
Si queremos comprar divisas extranjeras, es tan sencillo como ir a nuestro banco, decir que queremos comprar cierta cantidad de dólares, y ¡listo! Sin embargo, para los Bitcoins eso no es tan fácil, ya que como vimos en el primer artículo, se trata de una moneda completamente descentralizada, por lo que no hay ningún organismo que la controle.
Sin embargo, hay algunos sitios en Internet donde compradores y vendedores de Bitcoin se reúnen para hacer transacciones. También hay empresas que se dedican a la compra/venta, y por último, se están empezando a instalar cajeros físicos donde podremos comprar y vender nuestros Bitcoins de manera sencilla.
Bueno, una vez que nos hemos animado a comprar algunos Bitcoins, que tenemos algo de dinero para gastar, y nos dirigimos a nuestro proveedor favorito de Bitcoins, nos damos cuenta de algo. ¿Y yo que obtengo? ¿Un billete? ¿Una moneda? No, nada de eso. También llamadas “monedas virtuales” porque no tienen ningún soporte físico que las respalde, ni siquiera simbólico como en el caso de las divisas normales. Todo se basa en los llamados “monederos”, que veremos en el siguiente punto.
Monederos
Principio de funcionamiento
Como comentábamos en el artículo anterior, los bitcoins se generan en bloques que quedan almacenados para la posteridad. Y estos bloques están asociados a la “persona” que los ha descubierto, es decir, su minero. Sin embargo, en cualquier momento esta persona puede cambiar la titularidad de esos bitcoins a cambio de dinero. Es aquí el momento donde nosotros los compramos.
El monedero en sí no tiene tampoco ninguna interpretación física, ya que es simplemente una dirección dentro de toda la cadena de Bitcoins (conjunto de todos los bloques) que nos pertenece y a donde podemos pedir que nos envíen Bitcoins.
Este monedero está creado mediante un algoritmo de clave pública/clave privada, por lo que es tan seguro como lo sea nuestra clave privada. Y es aquí donde debemos hacer bastante hincapié.
Posibilidades
Los monederos vienen en distintos formatos y posibilidades, de las más importantes vamos a destacar:
Monedero Software. Se trata de un software que se instala en nuestro ordenador, smartphone o Tablet, y genera este tipo de claves. Es de los más sencillos y también de los que menos seguridad ofrecen, a no ser que invirtamos tiempo en hacerlo seguro.
Monederos Online. Siguen un esquema similar a los anteriores, pero ahora todo está en la nube. Es decir, una empresa se dedica a almacenar los bitcoins por nosotros. El problema está en que son muy susceptibles de ser víctimas de ataques, como ha ocurrido en muchos casos.
Monederos físicos. En este caso, se trata de un dispositivo físico que genera una clave privada suficientemente segura para nuestra cartera. ¡No debemos nunca perderlo, o nuestros bitcoins se irán con él!
Seguridad
Tal y como comentábamos, una cartera de Bitcoin es tan segura como lo sea su clave privada. Y aquí no estamos hablando de simples contraseñas que se pueden adivinar por fuerza bruta en cuestión de minutos. Estamos hablando de claves realmente complejas, que están formadas no por palabras, si no por frases.
Por ejemplo, una clave privada sería algo así como “caballo batería móvil fotografía lápiz monitor cartera Bitcoin”, una serie de palabras aleatorias que no guardan ninguna relación entre sí. De esta manera se añade mucha entropía que dificulta que alguien la averigüe. Normalmente para las claves se recomienda utilizar un mínimo de 12 palabras, mediante métodos totalmente aleatorios.
Por tanto, se desaconseja cualquier clave privada que haya sigo generada por un ordenador conectado a Internet, ya que siempre hay maneras de averiguarla. No se debe jamás almacenar nuestra clave en un formato digital, ya que existen virus informáticos que rastrean este tipo de información para hacerse con nuestros bitcoins.
En mi caso, yo utilizo un sistema de monedero “en frio”, es decir, en un sistema que jamás ha estado conectado a Internet. Se trata de un sistema operativo basado en Linux llamado “Tails”, instalado en un pendrive que ejecuto en mi ordenador desconectándolo totalmente de Internet. De esta manera, puedo estar algo más seguro que mi clave privada no está al alcance de nadie.
Conclusiones
El tema de la seguridad en las criptomonedas es como cualquier otro tema de seguridad: nunca podemos estar al 100% seguros. Así que tendremos que encontrar un punto medio donde la seguridad que obtengamos sea suficiente, y no sea un engorro en el día a día. A no ser que tengamos una cantidad importante de Bitcoins y llamemos la atención, con seguir una mínima seguridad no tendremos de que preocuparnos.
Eso sí, recordad siempre la volatilidad de este tipo de monedas a la hora de invertir en ellas, ya que, igual que suben como la espuma, se pueden desinflar como un globo, ¡o directamente explotar!
¡La seguridad de los Bitcoins que poseamos está siempre en nuestras manos, por lo que debemos tener cuidado con nuestra clave privada!
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