Problemas, problemas y más problemas…la mayoría de las personas piensan que tienen muchos problemas, y que son esos problemas los que no les dejan ser plenamente felices. Imagínate un grupo de amigas que se reúnen, después de unos primeros minutos de romper el hielo y hablar de cosas algo más triviales, empiezan a contarse una por una los problemas y trastornos que tienen en su día a día.
Si observas a cada una desde un punto de vista objetivo, es muy llamativo cómo casi nadie habla de lo bien que está y lo bien que se siente. ¿Por qué nos ocurre eso? ¿Realmente tenemos tantos problemas o es que no nos damos cuenta de que estamos inmersos en círculos autodestructivos? Si hiciéramos una lista de los problemas de nuestra vida que realmente no tienen solución, la lista se acortaría bastante. Tenemos dos papeles en blanco, en uno escribimos aquellos problemas que NO tienen solución, la muerte de un ser querido, una enfermedad grave de uno mismo o de alguien cercano, el divorcio de un hijo… una serie de circunstancias que no dependen de nuestro pensamiento o conducta directos. Después escribimos aquellos problemas que nos preocupan y que podrían tener solución…te darás cuenta que son todos los demás. Haz la prueba y podrás comprobarlo.
Tiene tanto poder aquello que tenemos en nuestra mente, aquello que pensamos. No somos conscientes, pero realmente somos nosotros los que dirigimos nuestra vida en gran medida. Pero si quieres, puedes cambiar eso. Hay personas que tienen la capacidad de encontrar las soluciones a aquellos obstáculos que se le presentan en la vida, ya que han construido y trabajado de forma efectiva sus habilidades de solución de problemas. En Psicología existen varias técnicas que pueden ayudarte a aprender a ser más resolutivo y acabar con patrones de pensamiento y comportamiento que sólo consiguen estancarte y te provocan mucha infelicidad. Si eres una de estas personas que no poseen estas habilidades puedes experimentar el fenómeno conocido como “visión de túnel”, que consiste en centrar casi toda tu atención en el problema que te preocupa y no atender a prácticamente nada más. De esta forma, estás constantemente sufriendo las consecuencias: mal humor o irritabilidad, ansiedad, tristeza, ira, pesimismo… todo esto no sólo lo sufres tú, lo sufre todo tu entorno. No te imaginas cuanta infelicidad puedes acarrear a los demás únicamente porque tú no te encuentras bien.
Si te entrenas en la técnica denominada “solución de problemas”, puedes aprender qué hacer y así optarás a una variedad de alternativas de respuesta para enfrentarse con situaciones problemáticas, y además se incrementa la probabilidad de seleccionar las respuestas más eficaces de entre las alternativas posibles.
En el libro
”Técnicas de terapia de Conducta” de Aurora Gavino se explica el proceso. (Aunque siempre aconsejo dejarse guiar por un terapeuta para aprender de forma más óptima). Se trata de un entrenamiento en 5 pasos:
- Orientación y sensibilización hacia los problemas.
- Definición y formulación del problema.
- Generación de soluciones alternativas.
- Identificación y valoración de las consecuencias. Toma de decisiones.
- Ejecución de la solución y verificación.
Básicamente nuestra forma de actuar es consecuencia directa de aquello que pensamos. Fíjate, cuando actúas de una u otra manera, es porque antes, a veces de forma muy automática, has pensado esto o lo otro. Ese pensamiento es el que realmente dirige tu conducta, por lo que si atendemos a nuestra forma de pensar, podemos lograr maravillas respecto a la manera en la que vivimos nuestra vida, enfrentamos los problemas y nos relacionamos con los demás.
Si sientes que por ti mismo te cuesta dar el salto y cambiar ciertos patrones de pensamiento que te hacen daño, prueba a pedir orientación profesional. Estas técnicas son sencillas de aprender, mucho más de lo que crees. Lo importante es que una vez que las adquieras, las pongas en práctica y seas constante. Puedes convertirte en alguien mucho más feliz y con mayor paz interior en muy poco tiempo. Si aprendemos a conocernos mejor e intentar cambiar aquello que nos daña seremos más felices …y a los que nos rodean también los haremos más felices ya que no tendrán que aguantar nuestro mal humor.
“Si buscas resultados distintos, no hagas siempre lo mismo” Albert Einstein
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