Hace algunos meses, hablábamos en el Gadgetoscopio acerca de la importancia de las copias de seguridad y cómo archivar de forma correcta los datos. En el artículo de este mes, hablaremos de como las nuevas tecnologías van a revolucionar la forma que almacenamos datos para siempre. Muchas de ellas parecen sacadas directamente de una película de ciencia-ficción. Sin embargo, nada más alejado de la realidad, ya que las veremos entre nosotros en los próximos años.
Vivimos en un mundo donde se genera una cantidad de contenido digital que apenas llegamos a almacenarlo correctamente. Cada día se graban más video, se hacen más fotos, y los sistemas de almacenamiento tienen que evolucionar para dar una respuesta a este problema.
Discos de Helio
El primero de nuestra lista es posiblemente el menos espectacular, sin embargo, lo podemos encontrar ya en las tiendas como producto comercial. No se trata de nada revolucionario, ya que es un derivado de los tradicionales discos duros que podemos encontrar en ordenadores desde hace más de 50 años.
Éstos están sellados para evitar suciedad del exterior, y con esta nueva tecnología, se cambia el aire de su interior por Helio. Esto hace que el disco gire más fácilmente debido al menor rozamiento, se caliente menos y se puedan poner más platos sin degradar el rendimiento.
Tecnología MAMR
Esta tecnología también involucra los tradicionales discos duros, pero ya incluye mejoras en la tecnología de lectura/escritura. El acrónimo viene del inglés Microwave-Assisted Magnetic Recording (Almacenamiento magnético mediante microondas), y la cabeza de lectura/escritura es completamente rediseñada para generar unos pequeños campos electromagnéticos a frecuencias de microondas.
El uso de microondas nos permite que el tamaño ocupado por los datos sea más pequeño y por tanto, la densidad de almacenamiento sube exponencialmente. Los primeros experimentos arrojan niveles de 600 Megabytes por cm2 de disco, unas 4 veces más densos que los actuales discos duros. Por lo tanto, estamos hablando de discos de aproximadamente 40 Terabytes.
Almacenamiento en ADN
Quizás la más revolucionaria de las tecnologías de las que vamos a hablar en este artículo, es el almacenamiento mediante moléculas de ADN. Dentro de estas moléculas, hay cuatro componentes fundamentales: Adenina (A), Timina (T), Citosina (C) y Guanina (G). La clave fundamental de esta tecnología es almacenar la información digital, basada en código binario, usando combinaciones de estos cuatro componentes (A, T, C, G).
Una vez que la información se ha codificado con los componentes del ADN, se hacen pequeñas cadenas de éste, de unos 150 nucleótidos donde, además, se incluyen códigos para evitar errores. Esta práctica es muy habitual en cualquier medio de almacenamiento, como puede ser un disco duro o un disco óptico.
Como puede imaginarse, la densidad de información es extremadamente alta. Se espera poder almacenar hasta la friolera de 60.000 Terabytes en un solo cm2 de ADN. Lo cual implicaría poder almacenar todos los datos de todos los humanos del planeta tierra en el contenido de una cucharilla de café. Sin mencionar que el tiempo de vida de este tipo de almacenamiento puede rondar los cientos de miles de años sin deteriorarse.
Suena a ciencia ficción, pero el pasado mes de octubre, investigadores lograron almacenar videos, música e imagen en una molécula de ADN. Y lo más importante, fueron capaces de leerlo de vuelta. Las velocidades que se están experimentando son relativamente bajas, del orden de 100 Megabytes/semana. Sin embargo, con el incremento de la capacidad de proceso en los próximos años, esta velocidad aumentará de forma considerable.
Si bien no está pensada para sustituir a otros sistemas mucho más rápidos, será el complemento perfecto para almacenar de forma segura una cantidad ingente de datos para largo plazo.
Cabe destacar que no se trata de almacenar información en ningún ser vivo, si no de usar estas moléculas de ADN para el almacenamiento de datos. Éstas son cultivadas artificialmente por lo que ninguna criatura sufre ningún daño por usar este tipo de tecnología.
Más allá…
Nadie sabe a ciencia cierta cual será el nuevo paradigma con el que nos encontraremos en los próximos 10, 50 o 100 años. Pero lo cierto es que habrá nuevos descubrimientos, que revolucionarán por completo la forma en la que almacenamos los datos. Sólo hay que ver a los primeros sistemas de almacenamiento de datos de los años 60, con capacidades de algunos Megabytes y casi una tonelada de peso.
Otra de las tecnologías con las que se está experimentando es la cuántica, en la cual se usa el spin (giro) de un electrón para almacenar información. Aún queda mucho camino por recorrer, pero estoy seguro que en otros 50 años la situación será completamente distinta.
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