En el artículo de este mes, vamos a tratar un tema que muchos de vosotros me habéis consultado personalmente. Se va a arrojar un poco de luz sobre la legalidad o no de las licencias de Windows. Obviamente, no de las que vende Microsoft directamente, o de las que vienen con nuestro ordenador de una marca reputada. Estamos hablando de las licencias, que se pueden encontrar en ciertas páginas, de segunda mano.
¿Por qué comprar de segunda mano?
Aquí la pregunta tiene una fácil respuesta: coste. Una licencia de Windows 10 Profesional, en la tienda oficial de Microsoft, cuesta en el momento de escribir estas líneas, unos 260 €. Esto añadido al coste de comprar un ordenador personal, hace que el coste sea demasiado para muchos de los usuarios. Esto ocurre en el caso que compremos nuestro ordenador por piezas, o queramos actualizar un ordenador viejo que no tenga ya previamente instalado Windows 10.
Ahora bien, si damos un paseo por los resultados de “licencia de Windows 10” en Google, veremos que los precios que vemos distan mucho de la cifra que hemos mencionado. Y es que, los precios de las licencias de segunda mano parten de la mísera cifra de 2 €. Entonces, cuando el usuario compara con los 260 € mencionados anteriormente, la respuesta es clara. Además, que estamos hablando de un producto que no se deteriora con el uso, por lo que una licencia de segunda mano es exactamente igual a una nueva.
¿Y si lo pirateamos?
Hay que reconocer que Internet y el mundo de la informática no es el mismo que hace 20 años. En aquella época, si mi memoria no me falla, casi el 95% del software que se usaba en España era ilegal, copias piratas que se pasaban entre amigos con los famosos CDs de recopilaciones. Esto también incluía los sistemas operativos, ya que la gran mayoría de los ordenadores personales eran clónicos. Aquellos afortunados que se podían costear un ordenador de marca, como HP, Dell, tenían el lujo de poseer un sistema operativo completamente legal. No había miedo generalizado a que las copias piratas pudieran poseer virus o similares.
No es que no existiesen los virus o troyanos, al contrario, pero la gente no era consciente del peligro que podían entrañar. Además, en aquella época no dependíamos tanto del ordenador; ahora, sin embargo, nuestras finanzas están en el móvil y en el ordenador: contratos y facturas se mandan por correo electrónico, cada vez compramos más y más online y dejamos las tiendas tradicionales. Ahora que un virus destruya toda la información de nuestro PC tiene un impacto grave en nuestras vidas.
Así pues, la gente decide no correr tantos riesgos, y en lugar de piratear los sistemas operativos, intenta conseguir licencias de una forma más o menos económica.
Licencia y Clave
Aquí hay que realizar la primera distinción, que muchos vendedores de software usado ignoran, a propósito, por supuesto. Licencias y claves son dos palabras que se usan indistintamente, pero que son completamente diferentes.
Una licencia es un acuerdo que existe entre el desarrollador del programa a utilizar y el usuario. Algo así como un contrato, con remuneración económica o no, que se establece entre dos partes sobre quién, dónde y cómo se va a utilizar el programa. Puede ser más o menos restrictivas, habilitar al usuario para el uso comercial o privado…
Una clave es una serie de números y letras que nos permite desbloquear el uso completo de un programa que puede estar restringido sin el uso de esta. Por tanto, no indica ningún tipo de acuerdo entre desarrollador y usuario. Por regla general, las claves tienen una licencia asociada, pero no tiene por qué. Hay ciertos programas (keygen) que generan de forma algorítmica este tipo de claves, sin tener una licencia detrás.
Muy bonito todo esto, pero … ¿son legales?
Aquí es donde viene todo el quid de la cuestión: cada uno de los bandos esgrime un argumento al respecto. Las empresas que se dedican a vender este tipo de licencias se aferran a una directiva europea donde se indica que, bajo ciertas condiciones, este tipo de licencias se pueden vender. Las grandes empresas de software, por el otro, se aferran a sus términos y condiciones, donde indican que las cesiones de estas licencias no están permitidas.
Todo parece indicar que, tras las resoluciones y juicios en la Unión Europea, este tipo de licencias se podrán comercializar legalmente, siempre y cuando una misma licencia no esté en uso por varios usuarios, se haya eliminado completamente del lugar donde estuviese instalada previamente y no se trata de ningún tipo de suscripción, si no de una licencia de por vida.
Sin embargo, hay muchas empresas que comercializan licencias robadas, o que venden a multitud de usuarios la misma clave (no licencia, ¡ojo!). Estas prácticas, por supuesto, son ilegales. Por tanto, hay que andar con mucho ojo dónde compramos la licencia. Un truco muy bueno para diferenciar entre los unos y los otros, es que muchos de los vendedores ilegales utilizan la palabra clave en lugar de licencia.
Conclusiones
Espero que, tras la lectura de este artículo, hayamos arrojado un poco más de luz en este tema. La idea principal es que, para estar al cien por cien seguros de nuestras licencias, hay que comprarlas a la empresa que desarrolla el Software. También que la compra y venta de software usado es legal, siempre que se haga baja unas ciertas condiciones, pero que muchos vendedores se aprovechan de este tema para estafar a los usuarios. Así que, ante la duda, verificad qué credibilidad os da el vendedor, y las opiniones de otros compradores, para elegir el vendedor correcto.
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