Estamos pasando unos días difíciles de llevar, toda nuestra vida rutinaria ha cambiado, hemos pasado muchos días de confinamiento en casa, donde el ritmo de nuestra vida ha sido otro y un tiempo en el que la amenaza del Coronavirus ha generado en nosotros un estrés sanitario-social, que se ha unido al estrés de cuidar y atender los deberes de los niños. Todos estos tipos de estrés juntos son una bomba de relojería para cualquier persona. Según Claudia Borensztejn, presidenta de la Asociación Psicoanalítica Argentina, refiriéndose a nuestra ansiedad ante el virus decía “Es completamente racional estar ansioso, porque no estamos seguros de cómo se desarrollará”. Aun así, la sobrecarga de información falsa y la acumulación de preocupaciones tienen nefastas consecuencias en el bienestar físico y psicológico y pueden acelerar la mente a una velocidad aterradora. En la era digital, esto está pasando con una intensidad nunca antes vista.
Pero hay algo muy importante en lo que debemos ser conscientes los padres, y es que los niños y niñas también están sufriendo unos cambios muy repentinos para los que no estaban preparados. Debieron dejar de ir al cole de un día para otro , un acontecimiento sorprendente para ellos porque de repente se han visto alejados de sus profesores, de sus amigos, de sus rutinas deportivas, sus tiempos de juego en el patio… para estar en casa, casi encerrados, en su habitación frente a una pantalla para hacer deberes vía online. La psicosis y el temor que despertó la nueva epidemia en los adultos también afectan a los menores, quienes son más vulnerables a la sobre información y miedos infundados. Debemos tener mucho cuidado con los miedos que se generan en los chicos/as. Son la población más vulnerable. No tienen los mismos recursos de experiencias aprendidas ni emocionales para manejar el miedo.
- Lo más importante para combatir el miedo es la información
Los niños, consciente o inconscientemente, están recibiendo información desde hace tiempo y es lógico que se asusten si no saben cómo manejar lo que está ocurriendo. No deberíamos dar demasiada información a los niños sobre los efectos del coronavirus ni que vean tantos informativos. Es mejor darles un mensaje de tranquilidad para que a los cambios que están viviendo, no se sume un escenario de preocupación o angustia porque ellos no dominan toda la información y su imaginación puede jugarles malas pasadas
Volver a la rutina es una de las recomendaciones específicas e intentar normalizar la situación, los especialistas indican que debemos centrarnos en lo positivo y también, recurrir al humor como válvula de escape ante el bombardeo de Coronavirus. Hay que enseñarles cuidados básicos de higiene, entre ellos el buen lavado de manos, y tener sus vacunas al día.
- Consultar al médico pediatra o un experto en salud las dudas que puedan surgir sobre el Covid-19.
- No recurrir a Google para auto diagnosticarse y auto medicarse.
- Hay que transmitir la información que disponemos con la mayor seguridad posible
Identificar lo que el niño sabe y lo que desconoce
- Iniciar la conversación preguntando al niño o niña qué ha escuchado sobre el nuevo coronavirus y qué sabe acerca de los síntomas y las formas de protegerse para evitar el contagio.
- No esperar a que el niño pregunte sobre el Covid-19 para hablar con él al respecto. “Es un mito la idea de que es mejor no decirles nada hasta que pregunten. Puede que el niño no exprese sus dudas sobre el tema y, sin embargo puede estar muy preocupado/a. Mientras más información les demos, más tranquilos va a estarán. .
- Se puede conversar el tema con niños y niñas a partir de los 4 años, pero se debe tomar en cuenta que para ellos el virus es una idea abstracta. La enfermedad no se toca. La amenaza no se ve. La inteligencia de un niño menor a 4 años se concentra en lo que pueden adquirir a través de sus sentidos. Sin embargo, a partir de los 4 años los padres pueden explicarle que el cuerpo tiene algo llamado células y que son buenas porque nos defienden.
- Describir el virus con imágenes concretas y evitar las explicaciones largas y técnicas. Por ejemplo, se le puede explicar al niño que los glóbulos blancos son un equipo que nos defiende de otro que nos enferma, y que los miembros del equipo que nos ataca viajan a través de la saliva, como si fueran surfistas.
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