Mucho se ha hablado y escrito sobre los orígenes de la vida así como de la vida misma. Pero cuando llegamos a fenómenos tan hermosos como el amor y la inteligencia, sin escalas se entra en terreno de lo espiritual y hasta de lo religioso. Que hay un Plan de Dios para cada vida es posible y las vidas sobre cuatro patas no le son ajenos.
La vida como veterinario de mascotas durante el año 1980 significaba vivir los comienzos de nuestra profesión atendiendo perros y gatos. Una vida llena de experiencias , una de ellas es la historia de Lucky…¡vaya que había un Plan supremo para su vida!
Era un Sábado de tarde, estaba en la residencia canina que teníamos con mi socio cuando llega una señora con un perrito en brazos, sucio y con claros signos de abandono, de lejos ya le pude detectar sus cataratas por lo cual se veía que se trataba de un caniche blanco y muy viejito.
—Doctor, este perrito estaba en el paseo marítimo en la franja central esquivando los coches. Creo que está ciego y abandonado o extraviado. ¿Podrá Usted hacer algo por él? Me pareció inhumano dejarlo librado a su suerte entre las ruedas de tantos vehículos, pero ciertamente yo no lo puedo tener en mi casa. ¡Se lo dejo pues, y gracias!
Es muy frecuente que nos traigan este tipo de situaciones. En esos años no existía el microchip y aún hoy, vemos a diario animalitos abandonados que tampoco tienen identificación alguna.
Tras revisarlo, efectivamente estimé la edad en 18 años y ceguera total por cataratas típicas de la raza caniche. El saltaba de alegría sin saber hacia dónde, pero en busca de una caricia…
Al día siguiente ya lo teníamos bañado, peluqueado y alimentado. Pasó a ser el único huésped de la residencia pues era invierno y no teníamos a ninguno.
Le pusimos de nombre Lucky que en inglés significa “afortunado” y , ciertamente ese Sábado puede decirse que volvió a nacer…pero con un Plan para su vida, no quepa duda.
El siguiente Sábado llega una señora con su hijita de unos cinco años, muy nerviosa, con expresión de sufrimiento y me explica la razón de su visita:
—He quedado viuda hace poco y solamente me han quedado deudas al punto de estar casi arruinada, mi niña sufre la falta de su padre y el psicólogo que nos ayuda recomendó que tuviera un perrito. No tengo dinero para comprar uno, ¿usted conoce alguna protectora que me pueda dar uno?
—Dígame, ¿el psicólogo le dijo si era un cachorro o un animal adulto que necesita su niña?
—No, solo que fuese un perrito cariñoso de ser posible.
—Entonces las invitaré a pasar a la residencia, creo que hay alguien esperando vuestra visita…
Al abrir la portezuela del canil, Lucky, ciego total y con sus 18 años encima, saltó de tal manera que la niña quedó abrazándolo. Las lágrimas de la madre y la felicidad de la niña hicieron lo demás. Lucky tenía una nueva tarea por delante: dar felicidad a una familia destruida por el fatal destino, no importa la edad.
Ese Sábado de tarde cuando una señora lo salvó de las ruedas ciertamente no era su día para morir.
Siempre hay una alternativa mejor que el abandono de una mascota, y en todos los casos hoy tenemos el microchip para poderlo identificar. Si se trata de un extravío, en cuestión de horas podrá estar de retorno en su casa
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