Todos hemos visto películas donde se muestra un futuro en el que los dispositivos son controlados por comandos de voz. En particular, tengo una escena en mente donde un doctor está realizando una evaluación psicológica y delante no tiene ningún papel, ni ordenador, ni medio físico donde escribir. Sin embargo, va dictando, borrando y editando todo lo que dice mediante un asistente de inteligencia artificial.
Sin llegar a tanta complejidad, ya se encuentran en el mercado varias opciones que nos permiten acercarnos a este futuro. Para aquellos que les guste “cacharrear”, hay posibilidades para conectar a otros sistemas de domótica, por lo que podremos controlar luces, persianas, aparatos electrónicos solo con nuestra voz.
Google Home
Como no podía ser menos, la compañía de Mountain View tiene entre sus productos un asistente de hogar con el hombre de “Google Home”. Para todos aquellos que hayan usado Android, es idéntica a la experiencia que nos ofrece el Asistente de Google. Se activa diciendo “OK Google” y podemos usar lenguaje natural para formular las preguntas. Estamos ante uno de los ejemplos más avanzados de asistente personal, por lo que las preguntas pueden estar relacionadas entre sí. Así pues, si preguntamos “¿Qué hora es en Sídney?” y justo seguido preguntamos “¿Está lloviendo allí?” entenderá que se refiere a Sídney. Esto unido a la potencia del buscador de Google, nos hace disponer de toda una infinidad de servicios al alcance de nuestra voz.
El aspecto físico también está muy cuidado: no se trata de un gadget de aspecto tecnológico. Está dentro de una carcasa que puede pasar perfectamente por una lámpara de diseño. En cuanto al precio, aunque aún no disponible en Europa, se estima que será cerca de los 129€, basado en el precio actual en Estados Unidos.
Amazon Echo
El segundo asistente del hogar que vamos a analizar es el de la empresa Amazon, el Echo. Aunque quizás por ese nombre no se le conozca tanto como por el nombre de la entidad que responde a nuestras preguntas: Alexa.
Si bien no alcanza el nivel de la Inteligencia Artificial que use Google en su producto, es bastante bueno. Las preguntas de momento no están interconectadas como en el caso anterior, si no que debemos siempre decir la palabra cable si queremos obtener resultados. Como servicio añadido que no dispone Google Home, se conecta a la web de la empresa y podemos hacer compras directamente desde el asistente. Esto como podéis imaginar, es un arma de doble filo: en el caso que no tengamos configurado un código de seguridad para las compras, puede darse el caso que Amazon Echo compre algo por error. Hace unos meses, bastantes dispositivos compraron una casa de muñecas porque en las noticias estaban demostrando cómo hacerlo: los aparatos entendieron que era su usuario quién lo pedía.
El aspecto físico está un poco menos cuidado que en el Google Home, y no se integra tanto, aunque estamos ante un dispositivo de menor coste, unos 60€ para la versión Echo Dot.
Privacidad
Tal y como comentábamos en artículos anteriores, en un mundo interconectado como el que vivimos, la privacidad se ha relegado a un segundo plano, y esto es realmente preocupante. El hecho de tener un aparato en casa que esté grabando constantemente lo que se dice en la intimidad del hogar es el sueño de cualquier agencia de inteligencia. Incluso se han dado casos de personas que han recibido sugerencias basadas en conversaciones que han tenido delante del dispositivo.
Si bien hay opciones en ambos dispositivos para apagar todos los micrófonos, siempre suscitará duda en la mente del usuario más desconfiado: ¿Me siguen espiando aun cuando esté apagado?
Conclusiones
El mundo de la domótica y automatización del hogar sufre una fragmentación masiva: hay cientos de fabricantes, decenas de estándares que no se interconectan entre sí, y que hace muy compleja la evolución de este mercado. El hecho que grandes empresas se estén involucrando es muy buena señal, ya que esta fragmentación comenzará a quedarse atrás, caminando hacia un futuro donde la mayoría de los dispositivos sean compatibles entre sí. Un futuro donde los comandos de voz puedan controlar la iluminación de la casa, encender o apagar la televisión, ver quién ha llamado al timbre y mil acciones más.
Sin embargo, el hecho que grandes empresas estén detrás nos obligará a usar productos cerrados, donde no conocemos hasta qué punto nos están espiando, y esto es peligroso. Lo ideal sería un escenario donde todo fuera compatible y de código abierto, donde podamos controlar lo que pasa con nuestros equipos e incluso mejorarlos si queremos.
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