El legendario barco, financiado a través de donaciones particulares, ha abierto sus puertas para que todo el que quiera pueda conocer los lugares emblemáticos del velero y a su tripulación.
Se trata de la primera vez que el Rainbow visita la ciudad.
Pudimos visitar el barco y conocer sus recovecos, sus historias y su construcción ecológica, de mano de su tripulación. Así, está presente en el barco Pette Wilcox, capitán histórico del Rainbow Warrior durante más de tres décadas. Wilcox ha vivido pegado a la historia de los tres barcos Rainbow Warrior que ha tenido Greenpeace y ha estado presente en momentos tan icónicos como el bombardeo del I Rainbow Warrior en Nueva Zelanda por los servicios secretos franceses en 1985 o la detención en Rusia de los Artic30, miembros de Greenpeace, entre los que se encontraba él, que fueron encarcelados en el Ártico durante tres meses por protestar contra prospecciones petrolíferas.
La ciudad elegida por el Rainbow aprobó hace un par de meses por unanimidad en el Pleno reducir a la mitad las emisiones generadas por la movilidad urbana en 2030, a raíz de un compromiso adquirido con Greenpeace. De esta manera Málaga se ha unido a las otras 11 ciudades españolas, entre las que se encuentran las más grandes, en su compromiso por avanzar hacia una movilidad más sostenible.
De camino a la COP.
La Cumbre Mundial del Clima, COP 22, este año tuvo lugar en Marrakech del 7 al 18 de noviembre donde se reunieron representantes de los gobiernos de todo el mundo para continuar con las negociaciones climáticas tras el acuerdo de París el año pasado. Un equipo internacional de Greenpeace estuvo presente en esta cumbre con el propósito de que los países asuman compromisos más ambiciosos para garantizar el compromiso de que las temperaturas globales no aumenten más de 1,5ºC.
El camino del Rainbow hacia la COP empezó hace ya un par de meses con paradas en países como Líbano, Turquía e Italia realizando una campaña por el Mediterráneo en defensa del uso de la energía solar. Málaga será su última parada antes de finalizar su ruta en Marruecos.
El nuevo Rainbow Warrior.
Tras el hundimiento en Mururoa del buque insignia de Greenpeace, un antiguo pesquero adquirido por la organización en 1978 y bautizado con el nombre de Rainbow Warrior (Guerrero del Arcoíris), otros dos barcos han ocupado su lugar y han perpetuado su nombre.
El actual Rainbow Warrior, que visitó Málaga, se diseñó con el objetivo de minimizar al máximo su impacto sobre el medio ambiente y su posibilidad de navegar a vela y su dotación de paneles solares permite un importante ahorro de combustible. Utiliza principalmente la fuerza del viento para navegar. El mástil en A de 55 m de alto permite unas velas más grandes que un mástil convencional del mismo tamaño. Esta es la primera vez que se instala este diseño en un barco del tamaño del Rainbow Warrior.
El barco nació en octubre de 2011 y su construcción fue posible gracias la aportación de miles de personas en todo el mundo. Cuenta con lanchas neumáticas que pueden estar en el agua en cuestión de minutos, incluso con olas de 3,5 metros de altura. Su helipuerto permite que se pueda observar el mundo desde el cielo, lo que hace posible encontrar barcos faenando ilegalmente o cargamentos de madera ilegal.
FOTO: Lorenzo Carnero
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