“Un día, ayudé a mi madre a coser retales para hacer colchas de cama. Justo en ese momento, también estaba buscando la estructura del mundo, quería saber de qué se componía tanto en su interior, como en su exterior. Cuando comencé a coser, e introduje la aguja atravesando la seda, sentí que la energía del universo entero recorría mi cuerpo, pasando después por la aguja y llegando hasta la tela. “Esto es” pensé, esta era la estructura -para crear- que estaba buscando. Y así comenzó mi trabajo, a partir de una mera actividad cotidiana”, explica Kimsooja (Daegu, Corea del Sur, 1957). Kimsooja ha desarrollado su trabajo entre instalaciones, performances, fotografías y vídeos. Su obra, presente en museos, galerías y bienales internacionales, logra una armonía entre una estética en la que prima el color y lo minimalista, su interés por la vida cotidiana y los auténticos problemas del mundo.
Para Fernando Francés, director del CAC Málaga, Kimsooja “reta las conciencias de los espectadores con su obra. Influenciada por Cézanne cuando era una niña y por John Cage ya de adolescente, nunca se ha considerado una feminista, este término simplifica y limita sus ideas, según ella. Rehúye el hecho de pertenecer a un único grupo, a un solo -ista. Acepta que se le puede clasificar como conceptualista, globalista, feminista, o minimalista, pero que admitirlo plenamente cerraría sus posibilidades de expresar la situación de la mujer, la encasillaría”.
El título de la exposición To Breathe – Zone of Zero reúne en sí mismo las dos obras que lo conforman.La instalación Lotus: Zone of Zero (2016) ha transformado el espacio del CAC Málaga en un lugar para la contemplación y la meditación. Un total de 708 farolillos con forma de flor de loto cubren la sala, pero a diferencia de presentaciones previas de esta obra, se han dispuesto aquí en forma rectangular y no circular a modo de mandala, como una pintura minimalista. Cantos gregorianos, islámicos y tibetanos inundan la sala y envuelven al espectador invitándolo al recogimiento. Aunque este proyecto nace en 2003 como respuesta a la Guerra de Iraq, es una propuesta aún vigente. La artista concibe un enclave donde personas de diferentes culturas y religiones puedan encontrarse, un lugar para el respeto, la reflexión, el diálogo, la armonía, un lugar para la concordia. Esta instalación explora la noción de unidad y totalidad según la cual mente y cuerpo se hallan espiritualmente unidos.
La artista utiliza el espacio expositivo del CAC Málaga como un santuario, un espacio de aislamiento para meditar o ensoñar. Convierte la estructura arquitectónica del edificio en un todo unitario junto con su obra. Invita a experimentar con la mente, además de lograr activar los sentidos de los espectadores, la imaginación y las percepciones sensoriales, su obra apela tanto al cuerpo como a la mente, toda una poesía visual. Con los mínimos elementos, Kimsooja alcanza el máximo.
Las obras de Kimsooja, la artista conceptual coreana más influyente, demuestran un compromiso para crear un encuentro con el público y despertar el respeto por los demás, la solidaridad, acentuando el sentido de la humanidad que todos poseemos.
Kimsooja, nació en Daegu, la tercera mayor ciudad de Corea, famosa por su industria textil. Hija de un oficial del ejercito, vivía en la zona desmilitarizada de Corea del Sur y se vio obligada desde muy joven a mudarse continuamente junto a su familia de una ciudad a otra. La artista es totalmente consciente de la problemática de las fronteras, la otredad (la relación del yo con el otro), la desigualdad entre los géneros y el nomadismo. Kimsooja sigue siendo una nómada, viajando continuamente para compartir su visión del mundo.
Durante la exposición, los espectadores podrán ver además, dos Bottaris pertenecientes a la Colección de Carmen Riera dentro de la muestra Pasión II, (Kimsooja, Installation of 2 Bottaris, 2005), expuestos en el CAC Málaga. Estos Bottaris, están realizados con telas ya utilizadas previamente, para Kimsooja aportan los recuerdos, deseos, vivencias y el espíritu de sus anteriores dueños.
Foto: Lorenzo Carnero
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