Letra de bulerías para mi amiga, la cantante
Marta Gómez Marín; con la esperanza de que haga suyo
el eterno homenaje que Andalucía merece por haber parido el flamenco.
Se oye el “quejío” del alma que canta,
vibran las gargantas gimiendo al compás,
se siente el “crujío” de un reloj que para,
sus dos manecillas en la “madrugá”.
Suena Andalucía, la vieja; la baja,
la que anda rezando y cantando a la vez,
la triste y cautiva; la alegre y la guapa,
la niña del viento que calma su sed.
Destellos de luna le alumbran la cara,
barricas de vino potencian su fe,
y en su corazón dibujan dos alas,
que la vuelven libre una y otra vez.
Así es el flamenco, madre,
me da la vida y la muerte,
como mi querer culpable.
Al son de unas bulerías,
se te quitan los dolores,
y las penas se te olvidan.
Lo crío una moza gitana del barrio,
lo mimó una fragua y el mismo “Endivé”
lo parió una tierra con sal en los labios,
lo custodia un pueblo de raza calé.
Lo cantan los niños como rito y juego.
lo bailan los viejos en cualquier lugar,
lo admira la gente por el mundo entero,
porque es patrimonio de la humanidad.
Que exploten de envidia ciudades y gentes,
que quiso la suerte que viera la luz
en un rinconcito de artístico ambiente,
tan puro y decente como el andaluz.
Es el flamenco; la vida,
la forma de llorar ,madre
que tiene la tierra mía.
Al son de estas bulerías,
vaya mi eterno homenaje,
al cante de Andalucía.
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