Hace poco he realizado un viaje que me ha enriquecido en todos los aspectos, emocional, físico, mental…una de las actividades que realicé fue visitar unas cuevas en las que se encuentran unas pinturas rupestres de hace más de 25.000 años. Desde pequeños, vemos en los libros de texto esas pinturas, normalmente de animales, hechas con trazos simples y básicos, y estamos tan habituados a verlas que ya no pensamos en la importancia de lo maravillosas que son y lo mucho que podemos aprender de ellas a nivel humano. La explicación que nos daba la guía de cómo se metían nuestros antepasados en las cuevas, la mayoría de las veces reptando hasta llegar al lugar adecuado, completamente a oscuras, únicamente acompañados con la luz de una vela o algún tipo de cera, para pintar esos animales que seguramente sería con algún objetivo de ritual, para conseguir más caza o venerar a esos animales, me ayudó mucho a reflexionar acerca de cómo sería la vida de nuestros antepasados. Imaginaros levantaros en aquella época, con la única preocupación de encontrar alimento y resguardarse de las inclemencias del tiempo. No había relojes, ni horarios, ni prisas. Hoy en día vivimos rodeados de comodidades, resguardados del frío o la nieve, ropa, calzado, electrodomésticos que nos facilitan la vida, pero apostaría algo a que no somos más felices que aquellos antepasados nuestros.
Vamos a toda prisa, rodeados de horarios, conflictos con los demás por mil causas diferentes…avanzamos a nivel superficial pero no a nivel emocional…no encontramos la felicidad. Eso ocurre porque la felicidad ya está dentro de nosotros pero no la vemos. Siempre hay algo que nos disgusta de nosotros mismos, o te ves la nariz demasiado grande, o piensas que tienes tanta celulitis que en verano apenas vas a ir a la playa, a pesar de que te encanta. Nos compramos cientos de cosméticos para infinidad de cosas diferentes, quitar granos, atenuar manchas, eliminar arrugas, iluminar la piel…nos enfadamos con las personas que queremos por nimiedades. Que no me ha dicho tal cosa con lo bien que me porte con él en aquella ocasión, que mira que regalo le ha hecho a mi hijo con lo que me gasté en el suyo…en fin, nos hemos propuesto como seres humanos ser infelices a toda costa. Nos hemos hecho expertos en boicotear nuestra felicidad y con ello si no te sientes bien, ¿cómo vas a hacer feliz a los que te rodean? Estamos rodeados de belleza sublime y ni la miramos…la naturaleza que nos rodea, el canto de un pájaro…¿cuánto hace que no te paras a escuchar el trino de un pájaro? Pero de forma atenta, prestando atención. Mirar el mar, que no es de una única tonalidad, tiene muchas diferentes…fíjate!, o ese cielo precioso que cambia de tonos imposibles de imaginar, los animales, las flores….ya tampoco nos miramos entre nosotros con tolerancia, ni con un mínimo de atención. Dejamos que pasen por nuestro lado personas cargadas con mercancías para vender a las que apenas miramos mientras nos tomamos un rico aperitivo. ¿Qué nos ha pasado? ¿O es que realmente siempre hemos sido así? Disfrutar de las personas que quieres, mirar a nuestro alrededor con otros ojos, fijándote en cuanta belleza tenemos cerca, sentir que esta vida es un regalo y debemos disfrutarla…puede que eso nos acerque un poquito a sentirnos mejor con nosotros mismos. ¿Te has preguntado alguna vez, “¿cómo puedo ayudar a otras personas?” “¿qué podría hacer yo para aliviar el sufrimiento de otros?” La verdad es que conozco demasiada gente más preocupada en qué bolso de moda se va a comprar o qué accesorio de marca exclusiva le falta como para pensar en qué pueden necesitar los demás. Cualquier mínima tarea que hagas te hará sentir pleno y feliz…pruébalo y verás que cambio se produce en tu vida. Visitar a un anciano en su residencia a quién nadie visita y charlar un ratito, llevar al parque a un niño de un centro de acogida con profundos problemas familiares, o si eres un enamorado de los animales, puedes colaborar con alguna organización o refugio de animales. Hay tantas cosas por hacer y tantas cosas por disfrutar…no importa qué problemas te vengan, siempre existirá amor dentro de ti para ti mismo y para los demás, y eso hará que tu vida tenga sentido y te acerques a la felicidad, esa de la que tanto oímos hablar y que tan pocos afortunados encuentran.
Si a pesar de estar rodeado de muchas cosas, te sientes vacío e infeliz, párate un momento y piensa:
· ¿Qué necesito realmente para ser feliz? ¿qué puedo hacer para conseguirlo?
· ¿Qué me gusta hacer, con qué disfruto realmente?
· ¿Me dedico tiempo a mí? ¿Y a los demás?
· ¿Suelo pensar en positivo o más bien soy pesimista?
· ¿Realmente necesito tantas cosas materiales o pasar más tiempo de calidad con los seres que quiero y que me hacen sentir bien?
Ahora, con la llegada del verano, puedes empezar a reorganizar tu vida y tus prioridades….vamos a hacer limpieza, ¡de cuántas cosas podemos deshacernos que no necesitamos! Después, podemos dedicar más tiempo a quedarnos en silencio y acallar todos los pensamientos ruidosos de nuestra mente y oír más allá… que nos dice el corazón…puede que al leer esto te parezca una tontería…pero realmente funciona…pruébalo y verás!! Estás más cerca de ser feliz de lo que crees, sólo tienes que conocerte un poquito mejor y reencontrarte de nuevo contigo y con todo lo bello que te rodea! Feliz veranito a todos!!
Deja una respuesta