Antiguamente se creía que las pulgas formaban parte del perro, era perfectamente normal que las tuviera. La causa de los picores y sus rascados desesperados pues: alergia.
Este parásito que habita en nuestras casas y sus mascotas necesita sangre para cumplir con su circuito de reproducción. A pesar de parecerse todas, las hay de diferentes variedades, está la humana, la canina y la felina. En las explotaciones rurales también las hay de cerdos y otras especies.
Si una pulga de perro no encuentra víctima canina para abastecerse de sangre, tanto le dá picar al humano o al gato.
Cuando el veterinario examina al animal y dictamina que sus picores y lesiones se deben a las pulgas, la reacción de sus dueños es casi inmediata: -“mi perro no tiene pulgas” ¡Faltaba más!
-Su perro HOY no tiene pulgas, la que sí las tiene es su casa.
¡Ahora la ofensa es doble! -¿Usted le pone algo contra las pulgas?
-Le he dicho bien claro: “mi perro NO tiene pulgas”.
-De acuerdo, pero le explicaré lo que de todos modos en algún momento usted irá a aplicar: existen varias formas de combatirlas: las pipetas, los collares, los spray y hasta pastillas!
No es necesario que TENGA pulgas, ellas solo lo necesitan para chupar sangre que es lo que hacen en la parte posterior del perro…allí donde ahora está calvo y lastimado de tanto morderse.
Sin embargo la pulga tiene el hábito, después de chupar sangre va a defecar y eso lo hace en la zona de cabeza y cuello del perro.
-¿Ahora me dice que también mi perro tiene caca de pulgas?
-Sí. La primavera va llegando y con ella las garrapatas, pulgas y lombrices.
Debería hacerle una visita a su veterinario. El podrá indicarle lo que necesita SU perro, cómo curarlo y prevenir que vuelva a suceder.
POPAS dice
Los niños y las mascotas son una combinación perfecta para aprender que es cariño, la lealtad y la amistad, además de otros valores como son cuidado de los animales y el compartir un espacio con ellos. Por otro lado, esta relación puede tener altibajos, como sucede si comienza a aparecer pulgas por casa. Para evitar los máximos posibles, es necesario llevar un pequeño control de nuestras mascotas, tan y como lo haríamos con nuestros pequeños.