—Tú de mayor serás policía –me comentó Pablo (nombre del policía del bloque) en el rellano de las escaleras cuando se disolvió la reunión de vecinos.
—Seré detective. En la policía me faltaría libertad para trabajar. Escogería sólo los casos agradables: robos, secuestros y desapariciones. Los delitos de sangre se los dejaría a la policía, el líquido rojo me pone enfermo.
—Llevas razón, nosotros dependemos de una cadena de mandos llena de eslabones, ¿sabrías decirme quién está en el último eslabón?
Poco tuve que meditar para contestar a la pregunta formulada por Pablo.
—¡Un político!
Pablo quedó perplejo con mi respuesta.
—¡Tengo un caso para ti! .exclamó bastante interesado.
— ¡Déjame adivinarlo! Debe ser de poca monta, os trae por la calle de la amargura y está dejando en ridículo a vuestra comisaría desde hace tiempo. ¿Voy por buen camino?
—Lo que has dicho se ajusta al perfil del caso, pero no tienes ni idea de que va—
—Soy detective, no adivino, yo me remito a las pruebas y después actúo. ¡Suéltalo ya!, me tienes intrigado. Veré que puedo hacer por ti.
—Hace más de un año, un carterista, roba en el metro de nuestro distrito. Más de cuarenta denuncias tenemos en menos de seis meses. Siempre actúa en hora punta, cuando los vagones van llenos. Una vez detuvimos a un hombre, pero cuando lo registramos estaba limpio. Fuimos el hazmerreir del andén, nos abuchearon. ¿Te gusta el caso? –preguntó—
—No está mal, necesito toda la información que tengas: días y horas de los robos, el número de los vagones y las estaciones más cercanas. Después pasaré los datos a mis informadores.
—¿Entonces no actúas sólo?
—La policía siempre tuvo chivatos, ¿por qué no los puedo tener yo?
Si le hubiera dicho que tengo millones de chivatos invisibles, se habría reído de mí.
—Apunta mi correo electrónico yme lo mandas mañana sin falta.. Pasado mañana tendrás el caso resuelto. ¿Te la mando a la comisaría o a tu correo personal?.
—Esto debe quedar entre los dos. Manda la información a mi correo personal. Necesito ganar algunos enteros ante mis superiores.
—Lo comprendo. Yo haría lo mismo.
Al día siguiente tenía en mi correo toda la información requerida. Mi bisabuelo se alegró. Pondría a trabajar a más de diez mil espíritus de una vez. Tendrían que cubrir los horarios y días de muchos trenes, cada espíritu se encargaría de un viajero. Al final de la noche recibí toda la información.
—El método del robo era muy ingenioso y mis colaboradores disfrutaron de lo lindo.
Mandé el resultado a Pablo.
—Te mando el caso resuelto.”El ladrón del metro trabaja en equipo, en realidad son tres. Una chica joven efectúa el trabajo por el método del encontronazo, le pasa la cartera a un señor mayor y la oculta en el periódico. Éste se aleja y la introduce dentro de la bolsa de un bebé que porta el tercer cómplice. ¿Quién va a sospechar de una joven con las manos ocupadas sosteniendo al hijo en brazos? ¡Nadie! A veces lleva algún pañal sucio para que huela mal el bolso al abrirlo, así la dejan tranquila.” También mandé las descripciones y los domicilios de los ladrones.
Al día siguiente, con una orden judicial, les cogieron “in fraganti”. Encontraron numerosas pruebas. El mensaje de Pablo fue muy escueto: gracias Peto, te debo una.
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